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Carta a un presidente

Etiquetas: carta, evaluacion educativa

Por qué esta carta

Como trabajo final del módulo de Evaluación Educativa, impartida por el profesor Miguel Ángel Santos Guerra, se propuso la redacción de una carta dirigida a algún miembro de la comunidad eductiva. Yo he elegido escribir a nuestro actual Presidente de Gobierno con el objetivo de proponerle algunas ideas que puedan ayudar a mejorar nuestro sistema educativo y con ello nuestro presente y futuro.

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Educación

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La carta

 

Estimado Señor Rajoy:

Me dirijo a usted para hacerle llegar mi preocupación como ciudadano por un tema trascendental. Me refiero al futuro de nuestro país, del país en el que vivirán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Le hablo Señor Rajoy de Educación.

La Educación es la base sobre la que articular una sociedad justa, próspera y democrática, donde cada individuo sea libre, responsable y crítico y sea capaz de convivir en armonía con sus semejantes. Educación no es memorizar y repetir contenido en una prueba estandarizada para luego comparar valores numéricos. Educar implica ayudar a personas a convertirse en ciudadanos íntegros que construyan de manera activa y solidaria la comunidad a la que pertenecen.

Resulta fundamental que el Gobierno, el resto de instituciones y la sociedad en general tomen conciencia de la verdadera importancia que tiene la Educación para un país. No se trata de un sistema donde permanecen los niños y los jóvenes durante unas horas al día recibiendo una instrucción para convertirse en elementos productivos. El papel de la escuela va mucho más allá, hablamos de desarrollo personal, de ciudadanos que construyan un futuro.

Por todo ello me gustaría que, como presidente, reflexionara sobre la relevancia que tiene la Educación para España y sobre la situación en la que se encuentra nuestro actual sistema educativo. De todo corazón deseo que se llegara a la conclusión de que es necesario un verdadero cambio para alcanzar esa Educación que nos condujera a una sociedad mejor.

En mi opinión el cambio comenzaría con el diálogo y el consenso de las principales fuerzas políticas en España. Como ya ocurrió una vez en 1977 con “Los Pactos de la Moncloa”, sería fundamental que los principales partidos se reunieran para abordar la cuestión de nuestro sistema educativo como una verdadera prioridad nacional. En Finlandia, hace más de cuarenta años hubo un gran pacto de estado por la Educación que derivó en la estabilidad legislativa en materia educativa y que hizo que actualmente el sistema finés sea uno de los más reconocidos a nivel mundial.

Para la realización de una Ley Educativa sólida y consensuada, además del compromiso político, sería necesaria la intervención de un “comité de sabios”. Tal y como ocurrió hace unos meses con la reforma fiscal, se debería conformar y consultar a un grupo de expertos independientes que trataran cómo debería abordarse el cambio de nuestro actual sistema educativo. Dejar que fueran los verdaderos especialistas en la materia los que propusieran los ejes sobre los que articular un modelo educativo sensato, eficiente y justo.

Uno de los aspectos a mejorar sería la preparación de los profesionales de la Educación. Le hablo desde la experiencia. Soy Licenciado en Administración de Empresas y obtuve el Certificado de Aptitud Pedagógica, pero cuando me enfrenté como profesor a mis primeras clases de Economía y Matemáticas en Secundaria y Bachillerato me percaté de que mi preparación no había sido adecuada.

Es necesario que las personas que decidan convertirse en educadores reciban una formación pertinente en materias de Pedagogía e Inteligencia Emocional que les permita desempeñar una función tan compleja e importante. No basta con saber y comunicar contenidos. Hay que crear contextos de aprendizaje, llegar a conectar con los estudiantes, motivar, atender individualmente las necesidades de cada alumno, escuchar, observar y ayudar.

Se trata de una profesión para la que cualquier persona que tenga un título universitario no está preparada. La dimensión personal va mucho más allá de los conocimientos. En este sentido el sistema debe ser más exigente en la formación que reciben los futuros docentes.

Pero además de Licenciado en Administración de Empresas tengo el Grado de Maestro en Primaria. En este caso sí que se recibe un programa de estudios donde la Pedagogía  ocupa un papel central. Sin embargo considero que se debería pedir una nota de acceso al grado más elevada, ser más exigentes en el plano académico en las distintas asignaturas y recibir más horas de formación práctica. Se trata de una de las profesiones más importantes para nuestra sociedad y deberían acceder a ella los mejor preparados. Así lo plantean en Finlandia y sus docentes son uno de los pilares fundamentales del éxito de su sistema educativo.

Actualmente en nuestro país, los profesionales de la sanidad cuentan con una preparación excelente y su trabajo es reconocido en todo el Mundo. Opino que si las notas de acceso a las titulaciones en Ciencias de la Educación fueran tan elevadas como las que existen en el ámbito de Ciencias de la Salud y los planes de estudio fueran tan exigentes, la preparación de los educadores sería mucho mejor y el prestigio de los docentes sería mayor.

Por otro lado está el sistema de acceso a la función docente. Actualmente el sistema de oposiciones prima la memorización de contenidos sobre otra serie de cualidades que debe tener un buen docente como habilidades de comunicación, empatía, creatividad, liderazgo, integridad, ética…El sistema educativo no puede permitirse premiar la reproducción sobre la creación y dejar fuera profesionales que harían una gran labor para dar cabida a personas que sitúan los contenidos y el currículo como eje central de su labor por encima de las necesidades de los propios alumnos.

El cambio en nuestro sistema educativo, además de desde fuera, debería ser promovido desde dentro. El actual modelo se centra en la transmisión y la reproducción de contenidos, genera individualismo y pasividad del alumno en clase. Es necesario que se transforme la escuela desde el interior proponiendo otro tipo de metodologías cooperativas y participativas que invitaran al diálogo, la reflexión y la creación. Para ello sería importante la formación permanente del profesorado en este tipo de cuestiones y promover espacios físicos y virtuales donde los docentes intercambiaran sus conocimientos y experiencias para ayudar, motivar e inspirar a otros colegas creando una verdadera comunidad.

La sociedad incierta y compleja a la que nos enfrentamos y se enfrentarán nuestros jóvenes requiere personas muy distintas de las que promueve nuestro modelo de Educación. España necesita individuos activos, participativos, generosos, reflexivos, emprendedores, comunicativos y con habilidades sociales. Por eso la Educación es tan importante.

La adecuada formación de las personas que se encuentran al frente de un centro educativo también es otra cuestión importante. Los directores deberían recibir una formación adecuada a la función que van a desempeñar. Liderazgo, motivación, gestión de recursos materiales y humanos o comunicación deberían ser materias en las que los directivos escolares tendrían que estar preparados para desempeñar de manera eficiente su labor.

Me gustaría abordar también el papel de los medios de comunicación. La televisión en concreto no sólo no ayuda a la Educación, sino que, en la mayoría de los casos, contradice valores y comportamientos que se defienden desde la escuela. Es necesario que se regule la emisión de programas en horario infantil donde se da un ejemplo negativo a nuestros niños y jóvenes. Además sería necesario promover la creación y emisión de programas de contenido educativo y cultural.

Por último hablaré sobre evaluación. La nueva ley de Educación propone que la evaluación sea el instrumento que asegure el correcto funcionamiento del sistema. Por más que se utilicen pruebas estandarizadas la calidad de la Educación no aumentará. No se trata de calificar la habilidad de memorizar contenidos. Cuenta mucho más otro tipo de competencias como convivir, crear, reflexionar o comunicar. No podemos reducir la función de la escuela, el desempeño de un alumno o la labor de un profesor a una calificación recibida en un examen.

Por último, Señor Rajoy, siento decirle que al frente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte debería haber una persona que al menos tuviera el apoyo de los profesionales que desarrollan su trabajo en esos tres ámbitos. Creo que hace tiempo que debería haber cambiado la persona que ostenta esa cartera por la gran cantidad de despropósitos, declaraciones desafortunadas y el descontento generado en gran parte de nuestra sociedad.

No voté por usted en las últimas elecciones y, probablemente, tampoco lo haga en las siguientes pero creo que estos cambios son realmente necesarios para que nuestro país salga definitivamente de una crisis que, más allá del contenido económico, tiene un profundo componente social y de valores, lo que la hace aún más grave.

Estimado Señor Rajoy le agradezco su tiempo y esfuerzo al frente de nuestro país pero, por favor, considere el papel crucial que juega la Educación en nuestro presente y en nuestro futuro.

Reciba un afectuoso saludo.

 

 

 

 

 

 

 

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