Relación y autoridad en Portafolios - Portafolio docente de Campus Virtual UMA

Relación y autoridad

 

La mayoría de las escuelas han borrado las relaciones de su seno. Como en Matrix, las personas suelen permanecer aisladas, lobotimazadas, robotizadas. El docente, como un autómata dominado por la inercia de la cultura escolar y social, por las exigencias de familias y mercados; mantiene a las criaturas en la misma situación de dominación.

Desde ahí, ¿cómo vamos a hacer libres a las personas?

No es posible educar, a no ser que sea a través de las relaciones. Relaciones entre personas, de persona a persona, de corazón a corazón. Así que vamos a cerrar los libros de texto, vamos a dejar los pupitres a un lado, y partamos en la búsqueda del encuentro con la mirada, con el tacto, con el alma de las otras personas.

Solo construyendo relaciones auténticas, como seres humanos, entre el educador y los educandos, o mejor aún, entre los maestrices, como diría mi amigo Pablo Torres, podemos llegar a construirnos como seres humanos libres, únicos y capaces.

El ingrediente mágico de esas relaciones es la autoridad. Pero hablamos de una autoridad que no es poder, sino confianza en que el otro nos quiere hacer crecer, que nos acepta como somos, que nos quiere y quiere lo mejor para nosotros. Que está ahí cuando lo necesitamos. Una autoridad que es concedida, que es frágil. Una autoridad que se gana día a día, solamente si como maestrices somos capaces de ver al otro desde el amor y el respeto a su persona e historia vital.

La autoridad, cuando se nos da, es un tesoro por el cual hemos de velar. No podemos aspirar a ganárnosla, ni esperar a que nos la den. Lo más maravilloso de ella, es que como tal, nos recuerda que somos personas, impredecibles, libres y únicas.

 

La relación con el conocimiento

 

Enseñamos con una materia, no enseñamos una materia.

 

Cuando hablamos de establecer relaciones en la Educación, no solo hablamos de relaciones entre las personas, sino también de relaciones con el conocimiento. Relacionarse con el conocimiento es mucho más que memorizar, que aprobar exámenes, que hacer ejercicios.

Relacionarse con el conocimiento, es hacerse preguntas, es hacerse persona, es tener curiosidad. Para ello, el primer paso que hemos dar, como siempre, empieza en los maestrices (educadores y educadoras, pero también aprendices). No podemos pretender que las criaturas establezcan relaciones con el conocimiento enriquecedoras, sino nosotras no hemos un crado con esa cultura, con ese conocimiento. Nadie que enseñe algo en lo que no cree puede despertar entusiasmo en los demás. Por tanto, no se trata solo de saber enseñar, o de saber aprender, sino del tipo de preguntas y respuestas que nos hemos hecho respecto a la materia o asignatura en cuestión.

Mientras más centrada está la identidad en el conocimiento, más necesario y arriesgado es preguntarse acerca de la relación con el conocimiento, ya que una de las respuestas que se puede encontrar es la de que muchas de las cosas que antes considerabas muy relevantes, ya no lo son.

Cuando hablamos de relaciones con el conocimiento, la distinción entre autoridad y poder también cobra mucho sentido. Una materia pierde autoridad en la medida en que la materia te domina, cuando subordinamos todo a la lógica de la materia.

La relación con el conocimiento gana autoridad a medida que se prioriza la relación del alumnado con el conocimiento, con su sentido, con sus vidas.

Cuando te planteas qué sentido tiene lo que quieres enseñar, y qué quieres enserñar, se abre un proceso de diálogo con el conocimiento, que puede llevar a una reordinación del mismo.

La misión esencial del profesorado, es precisamente ser ese puente que facilita la conexión de los estudiantes con el conocimiento:

 

Entendiendo que, mi libertad no acaba donde empieza la tuya, sino que empieza donde empieza la tuya, porque la libertad es algo que multiplica.


Recordando que, hay un raticida universal en nuestra labor, que es la falta de expectativas ante el otro.


Desarrollando constantemente nuestra capacidad de autoanálisis, de estar alerta ante ciertas cuestiones, de hacernos preguntas, aunque sean incómodas.Aceptando que, lo importante en este proceso es la pregunta hacia ese sentido, es la actitud intencional de búsqueda, no lo es tanto la cantidad de respuestas que encontremos, o llegar a la meta. ES HACERSE LA PREGUNTA, algo a lo que se puede llegar desde muchos lugares y caminos. Desde la necesidad, desde el deseo de cambio...