El marlín negro: el pez más rápido del mundo (semana del 11-17 noviembre) en El rincón del zoo: Diario de reflexiones - Portafolio docente de Campus Virtual UMA

El marlín negro: el pez más rápido del mundo (semana del 11-17 noviembre)


Quizás esta semana no pueda ser tan metafórico como en otras porque no he podido encontrar un animal que me abra las puertas de la imaginación y creatividad y poder así elaborar mis símiles.

 Sin embargo quiero hacer referencia a este pescado de tamaño majestuoso y un areodinamismo propio de un coche de Fórmula 1. El marlín negro es una especie única y peculiar; en realidad es el pez más rápido del mundo y puede llegar a alcanzar los 125 kms/h. Cada día me sorprende más lo maravillosa que es la naturaleza; no necesita recursos sofisticados ni tampoco majestuosos, crea animales como este, simples y elegantes. Deberíamos aprender mucho de la naturaleza, de su sencillez y extravagancia a la vez.

 Y bien, ¿por qué el marlín? Pues porque esta semana he sentido que todo ha ido acelerado en el Máster. Todo lo que hemos visto ha ido sucediéndose a una velocidad vertiginosa. Que si entrevistas y su diseño por aquí, que si exposición de las mismas e ir a morder al cuello de los compañeros/as por allá;  que también los grupos focales, que si los contenidos del sistema educativo por otro lado, que si la evaluación no es igual a calificación por aquel lado, que si el análisis interno de las fabulosas experiencias de mis compañeros/as…

 Me he sentido como si fuese a 125 kms/h (o más…), cambiando de dirección continuamente, visitando paisajes y haciendo recorridos inverosímiles en el mundo de la educación y la enseñanza. Sin duda alguna todo ha transcurrido muy rápido esta semana, pero es que todo ha sido muy, muy intenso. Ha sido como un chute de educación en vena que me ha activado y me ha revivido.

 La verdad es que no sé por dónde empezar a detallar lo que hemos vivenciado a lo largo de la semana. Quizás por Metodología estaría bien, sí, la verdad.  ¡Pues bien bien! Por ahí empiezo, puesto que es el módulo que mayor tiempo le dedicamos a lo largo de la semana. Kiko y Miguel parecen ya familiares nuestros; es lo que pasa cuando pasas tanto tiempo con un grupo. Seguramente ya estarán bien hartitos de ver nuestros caretos, sobre todo a las 4 y pico de la tarde, que no veas qué sueño, por favor.

 Con mis compañeros/as a la hora de diseñar la entrevista me he dado cuenta que aquello es mucho más complejo de lo que creía. Se Necesita de un buen tiempo a la hora de diseñar una. Pero lo que sobre todo me ha llamado la atención son los aspectos éticos y formales: compromiso, confidencialidad y anonimato. Me daba la sensación de que las entrevistas son como bebés, frágiles y suaves, que debes cuidar con mimo y cariño para que salgan bien y te aporten toda la información que buscabas.

 También me dio la sensación de que una entrevista no debe ser tan rígida como creía. Pues sí, yo era de esos de los que pensaban que ir a una entrevista era en plan como llevarte una lista de preguntas y… ¡ea, a preguntar! Pero he visto que aquello no es así. Lo que es más, me di cuenta da la importancia de este aspecto cuando le realicé la entrevista al docente [Abro corchete. Que no se te olvide: indicar que la reflexión acerca de la misma está en la página de metodología. Cierro corchete].

 Y es que aquella entrevista, en la que iba nervioso a la hora de realizarla, fue un punto de inflexión. Me percaté de aquello que decíamos en clase: lo de profundizar.

 A medida que el docente narraba su experiencia me iba profundizando más y más en el océano de su vida como docente; sentía que había mucha información muy rica que no podía dejar escapar y que tenía que desviarme para recabar todo, pese a que no estaba escrito sobre el guión que me llevé. Ahí fue el momento en que me di cuenta de que estaba absorto, inmerso, hipnotizado por la magia y el placer de entrevistar y escuchar al docente. Desde luego que recomiendo a todo el mundo que entreviste a alguien, que lo hagan desde ya puesto que no es lo mismo entrevistar a Miguel o a Kiko, que ya les conocemos de sobra, que a alguien desconocido. Es una experiencia fabulosa.

 Por otro lado, los grupos focales fue algo que hicimos de manera improvisada, puesto que no podíamos ver las grabaciones de las entrevistas realizadas a Kiko y Miguel. Tras el diseño y la posterior puesta en escena del grupo focal, me di cuenta que aquello es complejo de narices y también difícil de llevar. Madre mía, menos mal que no me tocó porque a mí se me quedaría una cara a la hora de moderar aquello que pa’ qué. ¿Difícil? Es poco…

 Pero un aspecto que me quedo de los grupos focales es la polémica. Uf, esto de crear chicha y meter cizaña me encantaría hacerlo. Ver a Kiko comentar que en los grupos focales no debe haber acuerdos entre los participantes sino desacuerdos me motivaba mucho. Es más, es que me imaginaba metiendo cizaña en un hipotético grupo focal. ¿No creéis que la LOMCE tiene algo positivo?, eso se lo diría a los docentes. Vaya, me imagino sus caras y no veas. ¿Y la típica pregunta que da bien fuerte en el costado?  Por ejemplo esta: ¿quién tiene la culpa de la educación de los niños y niñas de hoy en día: los padres y madres o los docentes? Vaya, me imagino preguntando eso en un grupo focal compuesto por madres, padres y docentes y se me hace los ojos chiribitas.

 Tanto las entrevistas como los grupos focales lo estamos aprendiendo haciéndolo. Y hay una frase que decía algo así como que cuando más aprendo es haciéndolo, ahora mismo no recuerdo el nombre del autor, pero aparecía en el libro de Ángel Pérez Gómez. Efectivamente, ¿Son necesarias aprender las conjugaciones verbales? Fue la pregunta clave que Ángel nos lanzó la semana pasada. Pero…. ¿qué pasa con la metodología de las escuelas en pleno siglo XXI? Está claro que necesita un cambio y que las nuevas tecnologías pueden suponer un apoyo fundamental que nos ayude a mejorar.

 Las distintas posibilidades que nos ofrece las TIC son una oportunidad que debemos aprovechar para enriquecer el proceso de enseñanza y aprendizaje. No podemos obviarlas y negar su influencia en el alumnado, sino que debemos introducirlas e inculcar una nueva cultura sobre su uso: el uso responsable y enriquecedor de las TIC para las personas. Se puede vivenciar experimentos virtuales, se pueden ver las alteraciones que sufren los ecosistemas, se puede ver cuánto tardaría en llegar una nave espacial a Marte, etc. Estos recursos no podemos obviarlos; la práctica debe ser uno de los ejes que vertebre la educación.

 Pero solo práctica no es posible. ¿Qué hay de la teoría? Pues también juega un papel importante. Construyamos el conocimiento a través de la práctica, pero también reflexionemos sobre el mismo. Analizar, valorar, cuestionarse y autoevaluarse son aspectos que nos conducirán hacia una mejora del sistema educativo, hacia el desarrollo de las tres competencias de las cuales siempre hablamos.

 Tampoco hay que olvidar que esta metodología del siglo XXI no puede dejar a un lado lo más importante: la cooperación. El ser humano es un ser social, por lo que está y estará condenado a la interrelación con el resto de sus semejantes. Así que no podemos promover una escuela individualizadora para un mundo cada vez más conectado, donde las personas dependen más y más de los demás. Hay que promover el trabajo en equipo, una resolución de los problemas que se le plantee al alumnado en base a este tipo de trabajo.

 Sin duda alguna, otro concepto que crea (y creará) siempre polémica es la evaluación. De esto podría hablar muchas y muchas horas puesto que es un tema que me encanta. Decir solamente que evaluar no es calificar, términos que se confunden mucho (¿interés de por medio?). Ni tampoco evaluación continua significa calificación continua, que casualmente esto último se aplica mucho en los centros educativos.

 Desde aquí quiero recalcar que no hay que estigmatizar a un instrumento de recogida de información como son los exámenes. Sin embargo quiero añadir que la recogida de información sobre el aprendizaje del alumnado no solo puede centrarse única y exclusivamente en los exámenes. Entonces, ¿por qué se centran los docentes en ellos? Sí, resulta triste recordar mi época como estudiante de Secundaria, concretamente cuando preveíamos las notas. Yo he sacado un 7 y en este un 9. Mierda, un ocho de media, no me da para sobre, ya lo verás. Y luego venían los boletines donde se reflejaba aquel 8 de media.

 Pero, ¿dónde quedan la evaluación formativa? ¿Y los otros instrumentos para la recogida de información? Este proceso del aprendizaje lo que refleja, a mi modo de ver, es el poco compromiso que tienen algunos docentes a la hora de llevar a cabo una evaluación mucho más enriquecedora, y bueno, también llevar a cabo una calificación mucho más justa. Es por eso que me gustó mucho aquello del informe de evaluación que Ángel Pérez nos comentó el viernes. Mientras lo explicaba yo pensaba que eso debería ser así, al menos intentarlo en la mejor medida de lo posible. ¿Es posible? Pues sí. ¿Requiere trabajo? Efectivamente. ¿Hay docentes que estén dispuestos? Pocos, ahí radica el problema.

 Y ya por último me gustaría agradecer personalmente el contraste interno realizado junto con mis compañeros y compañeras. De ellos y ellas me gustaría hacer especial mención a la riqueza de sus relatos, las cuales he podido conocer un montón de ideas, de sentimientos encontrados y de problemas. Personalmente he valorado mucho esta actividad porque es donde uno se da cuenta que cada centro educativo es un mundo, pero no solo eso sino que también me percaté de las increíbles experiencias que viven mis compañeros y compañeras.

 No puedo negar que al leer a aquellos compañeros/as que están trabajando en activo no se me hayan puesto los dientes largos. Pero también no puedo negar que al leer sus relatos me haya entrado esa sonrisa que tienen los niños/as, esa sonrisa de ilusión y alegría al conocer que hay personas que les gusta su trabajo y sienten pasión por lo que hacen. No sé qué decir del contraste interno, son muchas cosas que podría detallar, pero me quedo con lo enriquecedor que ha supuesto el proceso.

 Ya para finalizar me gustaría añadir que ha resultado curioso que en el contraste interno teníamos unos ejes que tocábamos todos. Por ejemplo el de la cohesión del equipo docente, aspecto del cual nos dimos cuenta que es vital para que un proyecto salga hacia delante.

 En fin… veo que me queda muchas cosas por aprender y que, cada día que pasa, me doy cuenta de que sé menos. Me siento un ignorante en esto de la educación, oye; todo el día aprendo algo interesante.