Lunes 4/11/2013 en Mi Diario - Portafolio docente de Campus Virtual UMA

Diario de Rocío Tenllado Vallejo /
Lunes 4/11/2013

Para mejorar la organización del día anterior, se decide personalizar las fichas de seguimiento por grupos interactivos. De esta manera, antes de entrar en clase, los voluntarios/as ya conocen quiénes forman su grupo y van a ponerse a la tarea directamente. También se comparte mediante la carpeta del google drive titulada “grupos interactivos” las actividades mandadas, esta vez, por los profesores (ya que ellos son los que mejor conocen el nivel de conocimientos de sus alumnos/as) para que puedan echarles un vistazo y se sientan más seguros. Y se insiste con perseverancia en la lectura del decálogo, también compartido por la misma vía. Finalmente se citan, utilizando el google calendar, a los cinco alumnos/as de 2º de CFGS y a sus cinco suplentes unos diez minutos antes del comienzo de la primera clase en la puerta de 1ºA.

Ya se detecta el primer fallo de hoy: la impuntualidad de algunos voluntarios/as, esencial para una correcta entrada a la clase. Reparto la ficha de seguimiento de cada grupo a los voluntarios/as y entramos a clase. Lo primero que hacen es colocarse todos/as dando la espalda a la pizarra y de frente a los alumnos/as, como si fueran a dar una ponencia y rápidamente yo les indico que se tendrían que ir preparando su espacio de trabajo, cada uno en una esquina de la clase. Les ayudo a colocar las mesas, sillas, etc. y cuando me aseguro de que están con sus grupos completos, les reparto las fotocopias de las actividades para que se pongan manos a la obra.

Detecto que un grupo va especialmente retrasado y es que la voluntaria, en este caso, les hace escribir su nombre en papelitos porque le preocupa el hecho de no acordarse  y no saber cómo llamarlos. Le quito un poco esa idea de la cabeza ya que, claro que es importante llamarlos por su nombre, pero en estos 10 escasos minutos que tenemos para cada grupo es más relevante que compartan opiniones entre los propios niños/as y se ayuden unos a otros que del otro aspecto. Perderíamos la esencia de trabajar de esta manera.

Hablando con el profesor, me comenta que está pensando para la próxima clase en la que realicemos esta dinámica, plantear actividades del libro de texto para así no hacer gasto de fotocopias y contar con un recurso del que todos los niños/as disponen y cuyo manejo es más accesible.

Transcurre la clase de Matemáticas y pasamos a la de Educación Física. Aquí hay un error de base y es la falta de preparación de la misma por parte del profesor. Nos encontramos en el pabellón de deportes y lo primero que hace es dividir a los alumnos/as por grupos y estaciones de ejercicios, pero esto lo cambia sobre la marcha y en ocasiones une a más de un grupo, alterando todo el sistema; los voluntarios/as se entremezclan, los niños/as también y el desorden domina la situación.

El profesor se queda con la sensación de que con su clase no sirve esta dinámica, pero menos mal que contamos con las evidencias de las demás en las que se demuestra que funciona. También es importante que entre los profesores de 1ºA y 1ºB dialoguen sobre este tema, ya que la experiencia se vuelve más enriquecedora y contaríamos con más opiniones y, quizás, nuevos adscritos en el proyecto. Esto significaría, al menos, su intención de mejorar la praxis, las ganas de cambiar las cosas, el innovar, esa inquietud que muchas veces parece que decrece con el paso del tiempo en algunos compañeros/as de la profesión.

En la segunda parte de la mañana, tras una puesta en común de las opiniones de los voluntarios/as, nos damos cuenta de la necesidad de crear un documento de propuestas de mejora dentro de la carpeta compartida de “grupos interactivos” en el google drive para que todo aquél que quiera escribir sugerencias o aspectos a reseñar de la práctica que lo haga libremente. Aparecen las siguientes:

1. Tenemos que gestionar de otra forma las hojas de seguimiento para que todos los voluntarios pueden evaluar a todos los grupos por los que pasa.

2. Los voluntarios proponen recoger las fichas que realizan los niños aunque no se corrija porque han detectado que al ver que no van a ser corregidas les dan menos importancia.

La primera se refiere a que al haber sólo una ficha de seguimiento por grupo, no todos los voluntarios/as pueden escribir en ella, ya que se pisan anotaciones. Sería más completa si contara con más casillas; una para cada voluntario que pasa por ese grupo.

Y es cierto que los niños/as pierden un poco el interés por la actividad que están haciendo cuando preguntan si se puede corregir después de poner las respuestas en común y se les dice que son para que se las queden. En esta ocasión, a diferencia que en la anterior, nos quedamos las hojas de las actividades rellenados por ellos/as para clasificarlas y dárselas al profesor para su posterior corrección (ya sea en gran grupo, pequeños grupos o individualmente).