Día 5 en Diario de prácticas: desnudándonos para Encarna - Portafolio docente de Campus Virtual UMA

Día 5

Llegó el lunes, otra vez, y con él la temida semana de Halloween...

Al llegar esta mañana, nos hemos reunido en Asamblea para conversar. Hay muchas veces que cuando, en 3 años, intentamos contarnos "nuestras cosas", la atención de los niños se dispersa pronto y se hace imposible que todos los niños participen.

La mañana de hoy ha sido un ejemplo de justamente lo contrario. Creo que es la primera Asamblea en la que todos mantienen durante tanto tiempo la atención, guardan su turno para hablar y ¡se escuchan!

Cada día, antes de las rutinas propias de la Asamblea, dejo un momento para que aquellos que quieran puedan compartir con los demás lo que les apetezca: a veces es enseñar un muñeco que traen a clase, otras nos presentan al bicho que han traido a clase y otras veces cuentan. 

Esta mañana una niña ha tomado la palabra para contarnos que el fin de semana ha estado en el campo. A partir de esta intervención, yo le he preguntado con quién ha ido, qué ha hecho... y ella nos ha relatado su fin de semana. Inmediatamente muchos de los niños han empezado con el "y yo he hecho..., y yo he ido...", todos a la vez, sin escucharse. En ese momento, les he indicado que así era iimposible que nos enteráramos de lo que decían los demás, y que seguro que todos tenían algo interesante que compartir, así que teníamos que escucharnos para que todos pudieran contar "sus cosas" (este es un discurso que suelo hacer bastante a menudo y tiene un calado de 5 minutos habitualmente)

Durante unos 35 minutos han estado contando, uno por uno, lo que han hecho el fin de semana: salir de paseo con mamá, ir al burger a comer patatas fritas, jugar con mi hermana a las muñecas, probarme el disfráz de bruja para la fiesta....

A cada uno, yo le iba preguntando algo más, para que no se limitara a contar eso, sino que desarrollara un poco más la historia, y en ocasiones eran los otros niños los que generaban sus propias preguntas:

"He montado en bici con mi padre"

" ¿cómo es tu bici?"- pregunto yo

"mi bici es de sin ruedines, pero mañana monté en la bici de mi papá "

"¡¡¡¿cómo te vas a montar tú en la bici de tu papá?!!!"- pregunta otro niño

"es que tiene una silla para que me monte y me lleva así (señala atrás) como en la moto"

Tras todo este rato de conversación, y dado que ya comenzaba la segunda sesión de la mañana y nos tocaba Psicomotricidad, la delegada saludó rápidamente a los amigos y, tras beber agua e ir al baño nos preparamos para ir al gimnasio.

Nos dirigimos al gimnasio y se nos incorpora por el camino la seño de apoyo. Hace unas semanas cuando recorríamos los pasillos, algunos iban hablando y les comenté que había que ir calladitos para no molestar a los niños mayores que están en sus aulas. Se nos ocurrió, que era muy divertido si cazábamos moscas y las metíamos en la boca cerrada para que no se escaparan... Así que es un show vernos pasear por el cole con la boca inflada "llena de moscas" y con alguno sacando la lengua cazando bichos para ir llenándola. la cuestión es que así parece que el largo camino que nos separa del gimnasio es un momento de juego, y además, vamos aprovechando para realizar práxias fonoarticulatorias.

Una vez en el ginmasio, nos sentamos en el centro y les pregunté :" bueno, y ¿ahora qué?" La respuesta "pues a ponernos calentitos, seño, para no hacernos daño cuando juguemos con los aros". Así que "nos pusimos calentitos" bailando canciones que mueven las diferenes partes del cuerpo.

Tras esto, les expliqué en ese día no íbamos a jugar con pelotas ni aros, sino con nuestro cuerpo... y que necesitaba que me ayudaran a ver qué cosas divertidas podíamos hacer.

-Podemos correr rápido

-Podemos saltas así (como las ranas)

Podemos hacer de puntillas...

Tras unas cuantas intervenciones, les sugerí que podíamos jugar a movernos de maneras diferentes y comenzamos saltando como las ranas, trotando como caballos, arrastrándonos como serpientes, muy estiraditos y de puntillas como si fuéramos jirafas, como los cangrejos, batiendo los brazos como pájaros, dando pisotones como elefantes.

Las primeras comparaciones las hacía yo, pero llegó un momento en que eran ellos los que proponían el movimiento y explicaban cómo hacerlo. Había algunos muy difíciles ¿cómo se imita el movimiento de un delfín?

Cuando estábamos ya un poco cansados de este juego les propusimos otro. Colocamos unas colchonetas en el centro del gimnasio y como son de color azul les indicamos que se trataba de charcas  y que nosotros éramos ranas.A estas ranas les encanta jugar fuera, saltando, subiendo a los árboles y a las piedras (bancos y espalderas), pero que por esa charca se paseaban a veces animales que dan miedo a las ranas y que en ese momento las ranas iban a refugiarse dentro de la charca. La actividad se realizó en forma de cuento motor:

Un día las ranas estaban muy contentas saltando fuera de su charca, tranquilas y felices. De repente pasó por allí una cigüeña, y al ver las ranas pensó.. qué rico aperitivo. Las ranas asustadas, se refugiaron dentro de la charca.....

Para terminar el cuento, les planteamos una situación inesperada: dentro del agua también hay peligros para las ranas, porque llegó un lucio zampón que quería merendar rana.

Tengo que señalar, que en el aula tenemos un cuento que hemos leído varias veces que trata sobre el tema. Además nuestra intención era "introducir" el tema de os miedos de las ranas a sus enemigos, recogiendo la propuesta que hizo un niño la semana anterior.

En todo momento, la seño de apoyo desempeñó un papel de observadora, sólo interviniendo para animar a los niños a continuar  y para documentar la sesión gráficamente mientras que yo me dedicaba a servir de modelo de cada uno de los movimientos arrastrándome, poniéndome a trotar o lo que tocara en cada momento. Ambas consideramos que, sobre todo en 3 años, el que el adulto realice con ellos el ejercicio es fundamental para que ellos se animen a imitar la acción, pero cuando ésto se tiene que complementar con dirigir la actividad, cuidar al que se lastima o tratar de que todos participen es difícil de realizar. Al estar juntas en el desarrollo de la sesión de psicomotricidad, nos permite que estos dos roles estén separados en las dos personas. 

Para terminar la sesión, nos tumbamos en el suelo a relajarnos, respirando despacio y haciéndoles las maestras caricias con unas telas.

Al volver a clase, nos hemos aseado y hemos realizado una "mini asamblea" para conversar sobre la sesión de psicomotricidad: qué nos ha gustado y qué no, cómo nos hemos sentido... y para que la delegada del día pudiera terminar sus funciones (ellla sobre todo quería  escribir su nombre con las letras de pegar). Además, les he recitado la poesía del Fantasma Cucufate.

Entre todas las maestras del ciclo hemos decidido hacer una actividad conjunta esta semana relacionada con esta poesía que trata de un fantasma al que se le ha escogido la sábana y va en minifalda. Le vamos a ayudar dándole nuestros sustos para que le crezca la sábana de nuevo.

A nosotros nos ha correspondido la tarea de pintar un fondo terrorífico, así que hemos hablado de los colores que dan miedo (negro, marrón, morado, rojo de la sangre y naranja de las calabazas) y les he indicado que tras el desayuno, según fueran terminando, podrían pintar en el cartel con esos colores.

Tras esto, hemos desayunado y al terminar, podían pintar en el gran cartel antes de salir al patio. Algunos sólo han dado unos brochazos, otros se han explayado cambiando de color en color y retocando para que diera más miedo.

He estructurado de esta manera la actividad de pintar, justo antes de salir al patio, para que fuera un trabajo que se realizara escalonadamente, y aunque el trabajo final fuera de todo el grupo evitáramos que hubiera demasiados niños a la vez pintando. Han podido hacerlo como han querido, mezclando colores, dando brochazos, haciendo formas... y por supuesto respetando los colores que han elegido como los colores del miedo.

Para relajación musical de los próximos días varia el repertorio. Hasta ahora estábamos escuchando el Otoño . Imaginad que ponéis RNE Clasica y escucháis al locutor presentar la siguiente pieza musical: hoy vamos a escuchar "El vuelo del moscardón" de Rinsky Korsakov, y acto seguido comienza la música. Tras escucharla una vez (dura unos tres minutos el movimiento entero) les he recordado el título y les he invitado a imaginarse al moscardón volar mientras la volvíamos a escuchar. Algunos miraban para arriba de un lado a otro, como si lo siguieran con la mirada. Mientras tanto, yo me paseaba entre ellos con una pluma haciéndoles cosquillas.

Vuelve el locutor de RNE Clásica: A continuación vamos a escuchar "Tocata y fuga" de Juan Sebastián Bach (supongo que os sonará más si os digo que es la típica del conde Drácula tocando el órgano).

El efecto que ha tenido sobre ellos ha sido impresionante. Una niña se ha escondido bajo la mesa, porque le daba miedo, otros con los ojos muy abiertos miraban la cara de Bach en el ordenador.. En general les ha impactado... Tanto que cuando les he preguntado qué les parecía esa música han contestado que era de mucho miedo. La niña que se escondió bajo la mesa sollozaba pidiendo  ya no la pongas más seño... 

Esta semana la programación se ve trastocada por la celebración de diferentes actividades en torno a Halloween, así que no he programado rincones. Para hoy, la propuesta es de juego libre en las diferentes zonas y con todos los materiales.

Mi labor en este momento pasa fundamentalmente por la observación de la actividad que eligen, cómo se relacionan, qué roles asumen (si mandan a los otros, si son sumisos, si dialogan, si establecen acuerdos de cómo jugar a algo..) Además, aprovecho para jugar con ellos a lo que ellos proponen y ser una más (hoy me ha tocado ser la hija y después de darme de comer me han acostado, asi que he aprovechado para decir que me daba miedo estar a oscuras.... Las mamás me han justificado de formas muy diferentes: pues ya eres mayor y a dormir, toma un muñeco para que no tengas miedo, ¡de qué tienes miedo, si los monstruos no existen!

Tras recoger y lavarnos las manos, hemos recordado la poesía del Fantasma Cucufate y les he planteado la necesidad de tenerla escrita en el cartel que hemos hecho...

¿Cómo lo podíamos hacer?

¿Y si nos ayudan los papás?,

pero ellos no se la saben,

pues escribelá tú seño.

¿Se la sabrán los niños mayores?  he plantado yo, sabiendo que en mi clase hay niñas con hermanos mayores en 5

Mi hermano se la sabe que se la ha enseñado su seño

Así que hemos decidido que esa era la mejor solución, y les hemos llevado el cartel que hemos pintado a la clase de 5 años B para que ellos escribieran la poesía.

Estos pequeños de 3 se quedan muy cortados cuando visitan otras aulas, y al entrar en su aula ninguno sabía decir para qué íbamos allí, aunque previamente lo hemos hablado para qué lo llevábamos, qué les teníamos que pedir....

Al volver a clase, les he contado un cuento "Cuento de miedo... pero menos" de Maita Cordero. Al tratarse de un cuento de miedo, hemos apagado las luces, puesto voz misteriosa y todos con los ojos como platos han escuchado muy atentos el cuento...