Gimeno Sacristán nos visitó el pasado día 7 de marzo. Y con ese halo de tranquilidad y calma supo calar hondo entre nosotras y nosotros. De hecho, ya es un buen conocido por sus investigaciones y libros. Ángel lo presentó como aquelrebelde sin causa en la educación -o mejor dicho, escpético-, donde Gimeno siempre será crítico a todas las corrientes que hay en educación. Un tipo distinto, un tipo con carácter y personalidad propia.

Sin embargo, aquí no me voy a demorar en detallar exhaustivamente la magnífica conferencia de Gimeno. Quiero centrarme en las ideas que él nos ofreció en su discurso y poder reflexionar sobre las mismas. Y es que Gimeno no deja indiferente a nadie, o como dijo Ángel, muchas cosas que él dice pueden incluso llegar a molestar. Gimeno es así, no sigue corrientes, construye y sigue su propio camino.

Estoy aquí analizando los apuntes que cogí de su conferencia y he decidido hablar de varios aspectos que más me han hecho reflexionar: el desinterés social hacia la educación, la desvertebración del cuerpo docente, el fomento de la cultura -la lectura-, el concepto oculto de reválida, oposiciones e idelogía y la desaparición de la escuela.

Pues bien, empezando con el primerio, el desinterés social hacia la educación, es un tema que ha surgido mucho en clase. Podemos abordarlo de dos maneras: la educación como institución -la escuela- o la educación como proceso de desarrollo de la persona y llevar a cabo su proyecto de vida. Atendiendo al primero, bajo mi punto de vista en la sociedad que hoy vivimos TODO el mundo opina sobre la educación sin tener mucha idea. Estoy acostumbrado a que la gente me dé "lecciones" de educación cuando no tienen ni una formación específica. Esto refleja lo precarizado y lo mal considerado que está la educación en España. Para ello podemos recordar la experiencia de Santos Guerra y aquella alumna que le dijo a su mamá que su maestra es muy lista y la madre le respondió que tan lista no será si es maestra.

Si la sociedad en sí no muestra un respeto hacia la educación, ¿quién la va a tener? Lo más grave para mí es cómo podemos encontrar la vía para darle prestigio o al menos respeto a la educación. Esto es algo que no consigo darle respuesta.

Por otra parte, la educación de las personas en el ámbito familiar e informal también está desvalorizado. Vivimos en el mundo de la presión, del estrés, del hacer todo de prisa y rápido, del lo quiero ahora e inmediatamente, del trabajar 25 horas diarias por un sueldo digno. Honestamente dudo que haya hueco para educar al alumnado por parte de los padres y las madres. El alumnado se convierte en objetos de caprichos por unos cuantos y en un lastre por otros tantos. Pero el sistema no facilita, no hay políticas conciliadoras de la vida familiar y laboral, se penaliza el estar en gestación o la baja maternal. Esto, a mi modo de ver, es sumamente frío, cruel y despiadado, aparte es sumamente estúpido pues el futuro de la sociedad pasa por la procreación y poco a poco vamos castigándola.

El segundo punto era la pérdida de poder del colectivo docente. Qué digo, no hay colectivo alguno y esto me preocupa bastante. Lo he sufrido en mis propias carnes cuando fui un esporádico activista contra el Decreto 302 - el cual largaba a los interinos con tiempo de servicio a la calle- o ahora con la bolsa de Educación Física. Muestro mi enorme desencanto hacia nuestro colectivo, los docentes, pues no estamos unidos y, como dijo Gimeno, somos muy diversos (maestros, profesores y profesores universitarios), cada uno vive una realidad distinta y no hay unión alguna. De hecho, esto me hace preocupar pues cuando un colectivo se muestra débil, más fácil es quitarle los derechos adquiridos. No quiero manchar de pesimismo esta reflexión sino todo lo contrario, quiero ofrecer una balanza a favor del optimismo. Yo desgraciadamente no estoy dentro del cuerpo de maestros pero seguiré luchando y protestando como sigo haciendo.

El tercer punto a tratar es la cultura y el fomento de la lectura. Gimeno calificó a España como un país hortera, donde la gente lee poco. Totalmente cierto, pero ¿se fomenta la lectura? ¿se fomenta la cultura? ¿Qué ponen en la tele? Lo que echan en la televisión y lo más popularizado es fiel reflejo de la sociedad. Lo que es más, lo que más me maravilla de la lectura es algo que Sacristán recalcó: la gran diversidad de temas de interés. ¡Qué bonito es leer, ver documentales, programas o lo que sea tan diverso! ¡Qué bonito es conocer e indagar más! ¡Qué bonito es aprender y profundizar! En definitiva, esto no quiere decir que debamos forzar al alumnado a leer el Quijote (de hecho me muestro muy escéptico hacia la obligación de leer obras clásicas en las escuelas pues no atiende a la diversidad de intereses), se trata de leer con gusto.

Sin entrar en más detalles sobre el cuarto apartado, la reválida, quería comentar que es muy curioso el juego de palabras. El término proviene de volver a validar la labor de algo, por lo que Gimeno nos especificó que esto es como dudar de la labor del docente, haciendo que se desprestigie su método de enseñar y que se vuelva a examinar el alumnado a través de pruebas homogéneas nacionales. Me hizo pensar en que la reválida tiene un trasfondo más allá de la segregación que supondrá, también será un método de cuestionamiento de la labor del docente.

Luego no quiero entretenerme mucho en el tema de las oposiciones porque es algo que me genera impotencia. Ya son dos veces presentado y dos veces se me ha quedado la cara de tonto donde pienso que me falta algo y no sé el qué. No encuentro aquello que me haga hacer brillar algo más. Las dudas, la desesperación y el pesimismo siempre me corroe pues veo aquello como un juego de azar donde gana el que la suerte le sonrió. En fin, lejos de esto quería rescatar algo muy llamativo de la conferencia que nos brindó Gimeno Sacristán: el componente ideológico en las oposiciones. No pongas a este autor, incluso no me pongas a mí, nos indicaba Gimeno. ¿La causa? La ideología, también hay ideologías implícitas en las oposiciones que pueden llegar a perjudicarte cuando las hagas. Debes destacar, sí, pero dentro de la normalidad -mediocridad-. Hay que ser una oveja limpia, con paso bien firme y bien sumisa. 

Finalmente, acabo por tocar el último punto ¿la escuela desaparecerá? Gimeno dudó y añadio que está en nosotros hacerla indispensable. Yo voy más allá, la escuela y el docente han cambiado o están cambiando. El docente ya no es el que posee el conocimiento, esto está en todas partes gracias a Internet, pero ha de ser el guía del alumnado en sus aprendizajes, ayudar y ofrecer las mejores herramientas para el desarrollo de las tres competencias claves que Ángel Pérez nos habló en su módulo. Porque educar es acompañar en un proceso y en eso hace falta expertos que lo hagan -que también pueden hacerlo los padres y las madres a través del homeschooling- y ahí siempre estaremos nosotras y nosotros, luchando por el desarrollo del alumnado y por la contribución de la mejora de la sociedad. Así me despido por hoy. Saludos.