Noveno día: El papel de la directora

Hoy ha sido ya el último día que hemos aplicado bijbol en quinto de Primaria. También me centré en conocer más la metodología del docente, en observar y analizar detenidamente la clase de Música, analizar la práctica del bijbol y observar a la directora en el desarrollo del proyecto de investigación que está iniciando con el alumnado de sexto.

En el ámbito social me voy a centrar en las conductas del alumnado en la clase de Música. La verdad es que los niños y niñas se transforman en esta clase; sacan su lado más salvaje y esto me ha preocupado bastante.

No sé qué pasa en esta clase, pero ya son dos días que observo y siempre pasa igual. Hoy personalmente considero que la cosa ha ido a peor. Tengo la sensación de que la clase se toma a cachondeo la asignatura y al maestro.

Por ejemplo, la situación general de la clase ha sido la de una anarquía absoluta. Cada alumno iba por un lado y no focalizaban su atención en la pizarra, salvo algunos instantes. Me llamó la atención que Manel se dedicara a hacer el ganso en clase y acabó siendo expulsado de la clase.

Por otro lado, la nueva chica también se puso díscola. Al tener la mano escayolada el maestro le dijo que se pusiera en el fondo y rápido puesto que allí vería mejor la pizarra. Ella se lenvantó y dijo: “Me voy como yo quiera. Si es andando, andando y punto”. Me quedé un poco impactado porque su conducta cambió radicalmente.

Pero la cosa no se quedó ahí, sino que también la conducta del alumnado cambió conmigo. El trato que tenían conmigo en esa clase era más irrespetuoso. Me hacían comentarios sobre mi pelo, sobre mi actitud seria en la observación y un montón de más cosas.

En todo momento no entré al trapo y quise relativizar todo lo que me decían. “Qué le vamos a hacer, tengo el pelo así y qué remedio”, “bueno pues si soy un seco me tendré que echar agua para estar mojado”.

¿Pero qué pasaba ahí? ¿Por qué todo esto? No sé, me sentí muy angustiado porque parecía que estaba con otros niños y niñas. El respeto que le tienen al tutor, a la de inglés e incluso al de Educación Física no es el mismo. ¿Por qué?

La práctica y yo hablamos sobre el tema y a las conclusiones que llegamos es que podría ser por el poco tiempo que tienen de Música y la desmotivación. Yo me quedo con el aspecto del poco tiempo: 45 minutos semanales da para muy poco y el pobre maestro tiene que lidiar como puede. ¿No se podría hacer algo? Aquí observo que el currículo menosprecia al área de Música dándole tan solo 45 minutos semanales, es totalmente injusto y esto es una de las consecuencias.

Sin embargo, ¿por qué cambia la actitud del alumnado hacia mí? Lo curioso que tras el recreo y mientras el alumnado esperaba que llegara el tutor, hubo una leve trifulca entre Manel y otro chico. Ahí tuve que pegar un grito y decirle que se sentaran, acto que realizaron ipso facto. Pero, ¿por qué este cambio tan radical? Pasaron de desobedecerme e incluso intentar cachondearse de mí a obedecerme y respetarme.

En el ámbito metodológico me gustaría destacar tres aspectos claves: la metodología del docente, la intervención de la directora en el aula a través del trabajo por proyectos de investigación y la progresión del bijbol.

Hoy continué con el rol de reportero y seguí haciéndole preguntas al tutor para conocer más a fondo su metodología. Días atrás la analicé de manera externa pero hoy tocaba preguntarle al protagonista, al docente.

Él me comentó que no tiene una metodología fija. “Si tengo que darle 20.000 vueltas al asunto para que los niños y niñas lo capten todo, mejoren y aprendan, le daré mil vueltas”, me dijo en referencia a su manera de enseñar.

También me comentó que se trabaja la metodología por proyectos, pero que solamente lo hace los miércoles para el área de Conocimiento del Medio y con ayuda de la directora. La descripción del trabajo por proyectos que observé la realizaré más tarde.

Por otro lado, me llamó la atención que considerara su metodología como algo muy tradicional. “El alumnado me escucha a mí y yo soy el transmisor del saber, el que dice qué hacer y cuándo”. La verdad es que cuando la analicé no percibí esto. Me resultó muy curioso que pensara así porque, a pesar de hacer ejercicios tradicionales, también hacía muchas tareas muy dinámicas y atractivas para el alumnado.

De hecho, considero que la tarea de realizar un resumen de un texto en el ordenador y cómo la lleva a cabo hace que sea de las más interesantes y provechosas para el alumnado. Tan solo hay que ver las caras del alumnado a la hora de participar en el guión previo o cómo se implican en el desarrollo del pequeño texto que tienen que realizar.

Añadió que a él le gustaría utilizar una metodología distinta, más centrada en los proyectos, pero no tiene tiempo. “Hay tantísimos contenidos que dar, tan rápido todo que no se trabaja en profundidad”, añadió haciendo referencia a que el currículo está sobrecargado.

 

El papel de la directora

Es una más. Esa es la frase que podría definir perfectamente a la directora. A mí me ha chocado muchísimo verla hoy en el aula como si fuese una maestra más. Acostumbrado a ver al director/a del centro como el dueño y señor del centro, ella es todo lo contrario. De hecho las decisiones del centro se toman de manera asamblearia y parece ser que ella no es la que toma la última palabra en todo momento.

Hoy vino a la clase porque el alumnado está empezando un proyecto sobre el cuerpo humano. El objetivo principal era que conocieran los aspectos relevantes de la pubertad (muy inteligentemente pensado puesto que van a entrar en ello). Así, ella dividió el tema en 3 partes principales: embarazo, energía (desarrollo), cambios en el cuerpo. El alumnado ha seleccionado el tema de interés y se han organizado los grupos.

Posteriormente han desarrollado a el guión de investigación que tendrán que utilizar para recoger la información. Asimismo los grupos deben invitar a un experto para que explique un poco sobre el tema escogido. Por otra parte también deben hacer una exposición sobre el tema.

“Esto de los proyectos me gusta…”, eso pensé cuando observé todo el proceso. Es una pena que me lo vaya a perder pues mañana acabo las prácticas y no veré más de todo el proceso. La verdad es que considero que así es la verdadera forma para desarrollar las tan ansiadas competencias básicas.

Por otra parte, también traté de analizar la relación de la directora con el alumnado. Para mi sorpresa ella se sabía los nombres de TODOS los niños y niñas de mi clase. Ahí se ve el compromiso que tiene con el alumnado y nuevamente me refiero a la frase “ella es una más”. Para mí esto es un choque cultural impresionante porque el director siempre ha sido como el jefazo máximo del centro y el ogro de la escuela; si te pilla… la cagabas.

Su trato con el alumnado es magnífico, siempre de cordialidad pero cuando se tenía que poner seria y regañar lo hacía. No se andaba con medias tintas en los momentos de seriedad. También hay que destacar que el alumnado la respeta bastante, pero es que también noté una cierta admiración y aprecio por la directora.

¿Por qué ser un ogro del colegio cuando uno es director? ¿Por qué esa manera de ser tan cuadriculado cuando uno es director? ¿Por qué así y no de otra forma? No sé, creo que en los centros educativos cultivamos niños desde la frialdad. El cariño, la ternura y el interés deben ser ingredientes esenciales para la educación de nuestros niños/as y hacemos todo lo contrario. ¿Quién dice que la calidez humana de una directora afecta al respeto que le puedan tener el alumnado? Pues el miedo de muchos docentes a comportarse así. El respeto se lo gana uno a través del interés, trabajo, esfuerzo y seriedad. Y todo eso es lo que he visto en la directora durante mi estancia en el centro.

 

El último día de bijbol

Bajamos. El alumnado preguntándome si me iba hoy o mañana. “A calentar”, dijo el maestro de EF. Los niños rápidamente realizaron movilidad articular y luego un calentamiento dinámico. “Ahora que los equipos están hechos, a hacernos la foto con la pelota”, exclamé. Pues sí, una foto porque quiero publicar un artículo sobre la grata experiencia del bijbol.

Y el partido comenzó. Y ya la distribución en el espacio mejoró algo. Habían alumnos/as que se quedaban a defender y otros hacían ambos papeles. Otra cosa que me llamó la atención es que mejoraron una barbaridad en la técnica. “En cuatro sesiones han mejorado bastante. Mira cómo botan, conducen con las manos, cambian mano a pie, etc.”, me comentó el maestro de EF.

Sin duda alguna el aspecto técnico me asombró, pero no solo el técnico sino el táctico puesto que ya el alumnado miraba y buscaba el pase. Asimismo el resultado fue de 5-2. Hubo una gran cantidad de goles, y eso que la primera vez que jugaron tan solo hubo uno.

Algunas cosas que no me gustaron y tratamos de mejorar sobre la marcha fue el peligro que puede llevar el golpear el balón. Pues sí, había fases del juego que un alumno/a llevaba el balón con las manos, pero aparecía un rival y golpeaba el balón con los pies, haciéndole daño al que lo estaba conduciendo. Introducimos la falta cuando se diese esa circunstancia, pero no me convenció del todo porque a veces era difícil darse cuenta hasta que el daño estaba hecho.

Concienciamos mucho al alumnado, pero creo que no fue todo. Quizás una buena pauta sería la de prevenir, es decir, pitar antes de que surgiese ese problema.

En definitiva, hoy ha sido mi penúltimo día. Ya recabo menos información porque me he empapado bien de todo lo que se lleva a cabo del centro. Ahora estoy disfrutando el poco tiempo que me queda en el centro porque esta experiencia será inolvidable. ¿Qué me espera mañana? Pues escribiré poquito porque pienso disfrutar de mi último día como buenamente se pueda.