Diario prácticas

por Manuel

Toda la información del diario de prácticas.

Décimo día: ¡Hasta otra!

Y ahí estaba yo, entrando como cualquier otro día, pero con un sentimiento distinto: el de melancolía y tristeza por poner punto y final a esta experiencia. Dejé la bici en el pequeño almacén situado al lado de la puerta y me fui al patio.

Allí estaba el alumnado, jugando como siempre a los trompos, al fútbol, al baloncesto, persecuciones, etc. “El último día que veas esto”, me dije a mí mismo. Pues sí, el último día que vea que los niños/as de la Cruz Verde son como otros cualquiera, que no son demonios y que tienen sus problemas.

El alumnado, al percatarse de mi presencia, rápidamente se agolparon a mi alrededor y empezaron a atosigarme con sus preguntas. “Hoy te vas, ¿no?”, “Te vamos a secuestrar”, me dijo uno mientras me agarraba de la manga de la chamarreta. “Profe, te tenemos preparado ya el pollo asado, el caviar, bocatas de jamones y todo eso, pero tú te quedas”, comentó una alumna en referencia a la broma que les comenté ayer de que me dejaba secuestrar si me daban comida de la buena.

Pues sí, última vez que entro en el aula de sexto y último día en el que doy mi apoyo al docente tutor de esa clase. Actividades de mates, de lengua, comentarios… todo era igual, y yo seguía intentando ayudar en todo lo que podía, como si la despedida no estuviera cerca y la melancolía y tristeza no me invadieran.

Luego tocó la última sesión de Educación Física con sexto. “Profes, vais uno de rojo y otro de azul, ¿jugáis, no?”, comentó un alumno. Casualidades del destino, el maestro de Educación Física iba con una camiseta azul y yo roja, colores de los petos de los equipos. El docente me miró y me preguntó si jugábamos. Qué decir, acepté con mucho gusto. Aquello era la crónica de una despedida anunciada, tierna pero bonita.

Acabó la sesión y tras intercambios de ideas e impresiones sobre ésta, el recreo comenzó. “Nos vemos luego”, le dije al maestro de Educación Física sabiendo que ese luego significaba una triste despedida.

Último recreo. Última observación. Un cúmulo de sensaciones, reflexiones y pensamientos afloraban sobre mi cabeza; “esto se acaba, vete con los niños/as a jugar y aprovecha”, me dije a mí mismo.

Sin saber cómo, algunos niños me regalaban sus dibujos. “Profe, por haberme dado papel antes, esto es para ti”, me dijo un alumno que parecía ser de Infantil o primero de Primaria.

Otros me atosigaban comentándome por qué me iba, que no me fuese o me secuestrarían. Nuevamente los tirones se repetían. Desde luego que me iban a dejar las mangas de la chamarreta bien grandes.

Se acabó el recreo y continuamos con la tarea. Tocaba corregir textos y así hice.  Algunos no lo habían terminado, otros sí, algunos lo hicieron mejor y con otros tuve que estar más tiempo corrigiendo.

El tiempo volaba y la despedida estaba ya cerca. En algunos alumnos/as de sexto se reflejaba unos rostros de preocupación por que diesen las dos. Sabían que me marcharía y que quizás no volvería.

Las 13:50. “Voy un momento abajo a despedirme de este”, le dije al tutor de la clase. Bajé al patio nuevamente. Allí estaba el maestro de Educación Física con los de tercero. Sonó el timbre y me acerqué a él. “Gracias, gracias por todo”, le dije. Hablamos un rato sobre mi experiencia y me fui dándole nuevamente  dándole las gracias.

Me acerqué a dirección para despedirme de la directora, pero ésta no estaba, había salido y no sé cuándo volvería. Le pregunté a la secretaría por su correo, puesto que quería enviarle este diario y ella accedió a dármelo. Tras esto le mandé un recado a la secretaria: “Dale las gracias por todo”.

Subí a clase de sexto. Todo el alumnado estaba recogiendo sus cosas. Algunos ya se habían ido, otros estaban allí esperándome. Entre bromas y comentarios aparecieron algunos de quinto para despedirse también. “Suerte, mucha suerte y muchísimas gracias por todo. No sabéis cuánto os agradezco lo que he vivido con vosotros/as. He aprendido bastante durante estas tres semanas”, les comenté.

Tras deshacerme de los tirones de manga, de los abrazos y de los lamentos, me dirigí al tutor y le agradecí el haberme abierto su puerta del aula. “He aprendido bastante, gracias”, le dije.

Me marché cabizbajo, sabiendo que aquello no lo volveré a vivir en otro centro, que posiblemente nunca conoceré docentes así en mi vida. Se acabó y mi salida del centro era el punto y final a esta experiencia. Me marché acompañado de un alumno de sexto con el que fui hablando sobre la experiencia y sobre él. Al llegar a la salida nos dimos un fuerte abrazo y me marché dándole las gracias a él también.

Cogí mi bicicleta, me coloqué bien la cartera y salí de allí.

Inicié el diario hablando de la bicicleta y finalizo el mismo haciendo referencia a ésta. Ella me ha acompañado siempre en todas mis aventuras y desventuras por Málaga: prácticas en centros, visitas a centros, Universidad, Escuela de Idiomas, excursiones, etc.

La mountain bike roja echó nuevamente a rodar, dando por cerrado otra experiencia más y abriéndose paso hacia nuevas. Sin embargo los kilómetros y kilómetros que la bicicleta lleva encima significa la gran cantidad de experiencias que he ido viviendo. ¿Qué me deparará el mañana? Quién sabe, pero espero que ella me acompañe allá por donde vaya.

 

Desde aquí solo puedo dar las gracias a Ángel, tutor de sexto, Maribel, directora, Juanma, maestro de Educación Física, y a todos los docentes del CEIP Nuestra Señora de Gracia por haberme tratado tan sumamente bien.  GRACIAS.

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Noveno día: El papel de la directora

Hoy ha sido ya el último día que hemos aplicado bijbol en quinto de Primaria. También me centré en conocer más la metodología del docente, en observar y analizar detenidamente la clase de Música, analizar la práctica del bijbol y observar a la directora en el desarrollo del proyecto de investigación que está iniciando con el alumnado de sexto.

En el ámbito social me voy a centrar en las conductas del alumnado en la clase de Música. La verdad es que los niños y niñas se transforman en esta clase; sacan su lado más salvaje y esto me ha preocupado bastante.

No sé qué pasa en esta clase, pero ya son dos días que observo y siempre pasa igual. Hoy personalmente considero que la cosa ha ido a peor. Tengo la sensación de que la clase se toma a cachondeo la asignatura y al maestro.

Por ejemplo, la situación general de la clase ha sido la de una anarquía absoluta. Cada alumno iba por un lado y no focalizaban su atención en la pizarra, salvo algunos instantes. Me llamó la atención que Manel se dedicara a hacer el ganso en clase y acabó siendo expulsado de la clase.

Por otro lado, la nueva chica también se puso díscola. Al tener la mano escayolada el maestro le dijo que se pusiera en el fondo y rápido puesto que allí vería mejor la pizarra. Ella se lenvantó y dijo: “Me voy como yo quiera. Si es andando, andando y punto”. Me quedé un poco impactado porque su conducta cambió radicalmente.

Pero la cosa no se quedó ahí, sino que también la conducta del alumnado cambió conmigo. El trato que tenían conmigo en esa clase era más irrespetuoso. Me hacían comentarios sobre mi pelo, sobre mi actitud seria en la observación y un montón de más cosas.

En todo momento no entré al trapo y quise relativizar todo lo que me decían. “Qué le vamos a hacer, tengo el pelo así y qué remedio”, “bueno pues si soy un seco me tendré que echar agua para estar mojado”.

¿Pero qué pasaba ahí? ¿Por qué todo esto? No sé, me sentí muy angustiado porque parecía que estaba con otros niños y niñas. El respeto que le tienen al tutor, a la de inglés e incluso al de Educación Física no es el mismo. ¿Por qué?

La práctica y yo hablamos sobre el tema y a las conclusiones que llegamos es que podría ser por el poco tiempo que tienen de Música y la desmotivación. Yo me quedo con el aspecto del poco tiempo: 45 minutos semanales da para muy poco y el pobre maestro tiene que lidiar como puede. ¿No se podría hacer algo? Aquí observo que el currículo menosprecia al área de Música dándole tan solo 45 minutos semanales, es totalmente injusto y esto es una de las consecuencias.

Sin embargo, ¿por qué cambia la actitud del alumnado hacia mí? Lo curioso que tras el recreo y mientras el alumnado esperaba que llegara el tutor, hubo una leve trifulca entre Manel y otro chico. Ahí tuve que pegar un grito y decirle que se sentaran, acto que realizaron ipso facto. Pero, ¿por qué este cambio tan radical? Pasaron de desobedecerme e incluso intentar cachondearse de mí a obedecerme y respetarme.

En el ámbito metodológico me gustaría destacar tres aspectos claves: la metodología del docente, la intervención de la directora en el aula a través del trabajo por proyectos de investigación y la progresión del bijbol.

Hoy continué con el rol de reportero y seguí haciéndole preguntas al tutor para conocer más a fondo su metodología. Días atrás la analicé de manera externa pero hoy tocaba preguntarle al protagonista, al docente.

Él me comentó que no tiene una metodología fija. “Si tengo que darle 20.000 vueltas al asunto para que los niños y niñas lo capten todo, mejoren y aprendan, le daré mil vueltas”, me dijo en referencia a su manera de enseñar.

También me comentó que se trabaja la metodología por proyectos, pero que solamente lo hace los miércoles para el área de Conocimiento del Medio y con ayuda de la directora. La descripción del trabajo por proyectos que observé la realizaré más tarde.

Por otro lado, me llamó la atención que considerara su metodología como algo muy tradicional. “El alumnado me escucha a mí y yo soy el transmisor del saber, el que dice qué hacer y cuándo”. La verdad es que cuando la analicé no percibí esto. Me resultó muy curioso que pensara así porque, a pesar de hacer ejercicios tradicionales, también hacía muchas tareas muy dinámicas y atractivas para el alumnado.

De hecho, considero que la tarea de realizar un resumen de un texto en el ordenador y cómo la lleva a cabo hace que sea de las más interesantes y provechosas para el alumnado. Tan solo hay que ver las caras del alumnado a la hora de participar en el guión previo o cómo se implican en el desarrollo del pequeño texto que tienen que realizar.

Añadió que a él le gustaría utilizar una metodología distinta, más centrada en los proyectos, pero no tiene tiempo. “Hay tantísimos contenidos que dar, tan rápido todo que no se trabaja en profundidad”, añadió haciendo referencia a que el currículo está sobrecargado.

 

El papel de la directora

Es una más. Esa es la frase que podría definir perfectamente a la directora. A mí me ha chocado muchísimo verla hoy en el aula como si fuese una maestra más. Acostumbrado a ver al director/a del centro como el dueño y señor del centro, ella es todo lo contrario. De hecho las decisiones del centro se toman de manera asamblearia y parece ser que ella no es la que toma la última palabra en todo momento.

Hoy vino a la clase porque el alumnado está empezando un proyecto sobre el cuerpo humano. El objetivo principal era que conocieran los aspectos relevantes de la pubertad (muy inteligentemente pensado puesto que van a entrar en ello). Así, ella dividió el tema en 3 partes principales: embarazo, energía (desarrollo), cambios en el cuerpo. El alumnado ha seleccionado el tema de interés y se han organizado los grupos.

Posteriormente han desarrollado a el guión de investigación que tendrán que utilizar para recoger la información. Asimismo los grupos deben invitar a un experto para que explique un poco sobre el tema escogido. Por otra parte también deben hacer una exposición sobre el tema.

“Esto de los proyectos me gusta…”, eso pensé cuando observé todo el proceso. Es una pena que me lo vaya a perder pues mañana acabo las prácticas y no veré más de todo el proceso. La verdad es que considero que así es la verdadera forma para desarrollar las tan ansiadas competencias básicas.

Por otra parte, también traté de analizar la relación de la directora con el alumnado. Para mi sorpresa ella se sabía los nombres de TODOS los niños y niñas de mi clase. Ahí se ve el compromiso que tiene con el alumnado y nuevamente me refiero a la frase “ella es una más”. Para mí esto es un choque cultural impresionante porque el director siempre ha sido como el jefazo máximo del centro y el ogro de la escuela; si te pilla… la cagabas.

Su trato con el alumnado es magnífico, siempre de cordialidad pero cuando se tenía que poner seria y regañar lo hacía. No se andaba con medias tintas en los momentos de seriedad. También hay que destacar que el alumnado la respeta bastante, pero es que también noté una cierta admiración y aprecio por la directora.

¿Por qué ser un ogro del colegio cuando uno es director? ¿Por qué esa manera de ser tan cuadriculado cuando uno es director? ¿Por qué así y no de otra forma? No sé, creo que en los centros educativos cultivamos niños desde la frialdad. El cariño, la ternura y el interés deben ser ingredientes esenciales para la educación de nuestros niños/as y hacemos todo lo contrario. ¿Quién dice que la calidez humana de una directora afecta al respeto que le puedan tener el alumnado? Pues el miedo de muchos docentes a comportarse así. El respeto se lo gana uno a través del interés, trabajo, esfuerzo y seriedad. Y todo eso es lo que he visto en la directora durante mi estancia en el centro.

 

El último día de bijbol

Bajamos. El alumnado preguntándome si me iba hoy o mañana. “A calentar”, dijo el maestro de EF. Los niños rápidamente realizaron movilidad articular y luego un calentamiento dinámico. “Ahora que los equipos están hechos, a hacernos la foto con la pelota”, exclamé. Pues sí, una foto porque quiero publicar un artículo sobre la grata experiencia del bijbol.

Y el partido comenzó. Y ya la distribución en el espacio mejoró algo. Habían alumnos/as que se quedaban a defender y otros hacían ambos papeles. Otra cosa que me llamó la atención es que mejoraron una barbaridad en la técnica. “En cuatro sesiones han mejorado bastante. Mira cómo botan, conducen con las manos, cambian mano a pie, etc.”, me comentó el maestro de EF.

Sin duda alguna el aspecto técnico me asombró, pero no solo el técnico sino el táctico puesto que ya el alumnado miraba y buscaba el pase. Asimismo el resultado fue de 5-2. Hubo una gran cantidad de goles, y eso que la primera vez que jugaron tan solo hubo uno.

Algunas cosas que no me gustaron y tratamos de mejorar sobre la marcha fue el peligro que puede llevar el golpear el balón. Pues sí, había fases del juego que un alumno/a llevaba el balón con las manos, pero aparecía un rival y golpeaba el balón con los pies, haciéndole daño al que lo estaba conduciendo. Introducimos la falta cuando se diese esa circunstancia, pero no me convenció del todo porque a veces era difícil darse cuenta hasta que el daño estaba hecho.

Concienciamos mucho al alumnado, pero creo que no fue todo. Quizás una buena pauta sería la de prevenir, es decir, pitar antes de que surgiese ese problema.

En definitiva, hoy ha sido mi penúltimo día. Ya recabo menos información porque me he empapado bien de todo lo que se lleva a cabo del centro. Ahora estoy disfrutando el poco tiempo que me queda en el centro porque esta experiencia será inolvidable. ¿Qué me espera mañana? Pues escribiré poquito porque pienso disfrutar de mi último día como buenamente se pueda. 

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Octavo día: ¡A preguntar!

Hoy ha sido un día clave para conocer toda la dinámica que se lleva a cabo en el centro. Me he permitido el lujo de indagar sobre el proyecto a través de una entrevista personal realizada al tutor de sexto. Gracias a esto, he recogido muchísima información y he elaborado un resumen que lo he recopilado para el día de hoy.

En el plano social me he limitado a conocer más a fondo las relaciones interpersonales del alumnado (existencia de prejuicios o conflictos), las familias y los antiguos alumnos/as del centro.

En primera estancia me gustaría destacar que durante la observación he visto que hay un problema en uno de los pequeños grupos de trabajos de la clase. He indagado un poco en él y he visto que hay un fuerte prejuicio hacia un alumno en concreto del cual ya he hablado muchas veces y que le apodo como el niño pesimista.

Efectivamente, hay dos compañeras de pupitre que no le soportan y no les importa demostrar su rechazo hacia él. De hecho siempre están con continuas riñas y recriminaciones. “Profe, me ha llamado puerca”, me dijo una alumna en referencia al chico pesimista. Sí, este tipo de batallitas las suelen tener muy de vez en cuando estos tres. He observado que las dos compañeras están compinchadas para atacarle o menospreciar al muchacho, haciendo que este no se integre puesto que es nuevo en clase.

La actitud del chico hacia ellas es también negativa y existe un fuerte prejuicio. Me da la sensación de que no se llevan bien y ni quieren hacer por llevarse. Pero, ¿qué hará el tutor? Bueno, hoy le comuniqué qué está sucediendo (porque la cosa está yendo a más) y ha decidido advertir a las dos niñas de que si se meten con el chaval o le hacen algo durante una semana, tendrán un buen castigo. Es una buena opción que no se me habría ocurrido a mí, quizás podría no tener mucho efecto y a lo mejor sería ideal cambiar de asiento a una de las niñas.

Por otra parte, durante la entrevista que tuve con el tutor de sexto, quise conocer qué papel juega el antiguo alumnado en el centro. Él me comentó que se pasan mucho por el centro y que en general se suelen perder muchos en Secundaria y acaban expulsados. Pero, ¿por qué pasa todo esto? Él me dijo que era porque en Secundaria no tienen el apoyo de los tutores ni tampoco tienen una identificación con el centro, por lo tanto en clase se dedican a molestar e incordiar cometiendo faltas graves.

Tras la expulsión deciden volver al Nuestra Señora de Gracia, donde se quedan durante todo el tiempo que dura dicha expulsión y el mismo tutor se encarga de ellos poniéndole deberes para que no pierdan el tiempo. Sin duda alguna me pareció muy interesante tanto el vínculo que hay como el compromiso educativo del docente hacia los antiguos alumnos.

En cuanto a la actitud del tutor hacia los padres, es tajante. Ayer se celebró una reunión por la tarde con los padres y la mayoría vinieron, pero otros no. Él comentó en clase que obligará a venir a hablar con él a los padres que faltaron. Asimismo me dijo que él es muy estricto con las familias porque es su deber y obligación de estas.

Yo estoy totalmente de acuerdo porque pienso que hay que tener un gran compromiso hacia la educación que reciben nuestros hijos e hijas. No asistir a las reuniones de padres me parece un hecho grave y hay que ser consecuente con ello en todo momento.

Pasando al plano metodológico, hoy me voy a explayar porque he podido obtener muchísima información sobre el proyecto, su gestión, su coordinación, evaluación de actividades… aparte de reflexionar sobre lo que he vivenciado allí. Así que ahora expondré un poco los aspectos generales del proyecto, luego daré mis impresiones y haré una pequeña critica de aquellos aspectos que creo que se podrían mejorar.

Bien, el proyecto consta de cuatro pilares básicos que son la convivencia, la familia, la relación con el entorno y la mejora en el rendimiento académico o curricular. “Estos cuatros pilares son las patas de una silla. Si falla una, la silla se queda coja por lo que el proyecto se desmorona. Entonces tenemos que apoyar en todo momento lo que hay. Si las familias son así, pues son las que tenemos y con las que tenemos que trabajar”, me dijo el tutor cuando le pregunté sobre los pilares.

Entonces, se trata de acercar al centro al contexto y a las familias, haciendo que participen mucho en las aulas, actividades que se programen, etc. Yo este pilar no lo he podido vivenciar mucho porque en sexto apenas han venido las familias. El día de ayer hubo una tertulia y no asistió nadie; el viernes pasado vino tan solo una familia para lo de los grupos interactivos.

¿Qué pienso de todo esto? ¿Qué pasa aquí? Pues la verdad es que no sé qué decir. Entiendo completamente que haya problemas con las familias, es lo que hay y con ello hay que apechugar. Quizás la realización de actividades más atractivas para las mismas puede dar algo de resultado, no sé…

Con respecto a la mejora curricular, pues se puede decir que la he vivenciado a través del día a día en clase, pero hay que añadir que donde más apuesta el centro es en los proyectos y  otras actividades especiales que en el pilar de convivencia detallaré.

Asimismo, el pilar que más he vivenciado ha sido el de convivencia. He visto durante las dos semanas cómo se ha llevado a cabo. Por ejemplo, el alumnado de sexto hace cursos de monitores para tutorizar a los más pequeños. Esto consiste prácticamente en ir a las clases de Infantil para hablar con los más pequeños y ayudarles incluso en el recreo, en definitiva, hacer de mediador. Por lo que me contó el tutor, esto se hace para que haya una cohesión entre todo el alumnado del centro, eliminando aquellos roles de superioridad que normalmente desempeñan los de sexto hacia los más pequeños.

También esta convivencia se refleja en el huerto escolar, puesto que los de sexto se llevan pequeños grupos de otras clases a plantar. Me llamó la atención cómo mis alumnos/as se hacían cargo de algunas explicaciones, de la organización de la plantación, etc. en todo momento. Es muy curioso cómo llegan a tener tanta responsabilidad cuando son realmente unos críos.

Cabe añadir que me he perdido otros aspectos muy importantes de este pilar como por ejemplo las asambleas que se hacen en clase para resolver los conflictos sociales que han pasado durante la semana, y las aulas abiertas, celebrada los viernes y donde se mezcla todo el alumnado del centro durante 3 horas aproximadamente.

La relación con el entorno se basa en abrir las puertas del colegio hacia las personas de la calle. Esto hace que hayan asistentes, voluntarios, asuntos sociales, etc. Y sí, lo he visto reflejado en la cooperativa de la Caixa, donde han puesto a una logopeda a echar una mano.

Asimismo, ¿qué pasa con la organización y la evaluación del proyecto del centro? Pues según lo que me ha contado el tutor esto se realiza de manera asamblearia. Esto quiere decir que en la organización de las actividades con estructuración especial (por ejemplo las audiciones) se lleva a cabo a través de asambleas celebradas donde todo el mundo da su voz y su opinión. Hay asambleas para los padres, para el alumnado, para los docentes e incluso para los monitores puesto que los consideran también un eje clave en el proyecto.

¿Y la evaluación? En este aspecto se reúnen los docentes de cada ciclo y evalúan cómo se ha llevado a cabo todas esas actividades especiales y luego hacen lo mismo en gran grupo, es decir, todo el equipo docente. El tutor me comentó una anécdota. Añadió que el curso pasado decidieron disminuir el número de audiciones a tres por año porque eran un agobio para los docentes el tener que dar la programación y encima organizar una audición al mes.  Con este ejemplo se ve lo importante que es la evaluación para ellos/as.

Se evalúa también cómo ha sido la intervención de todos los agentes que están involucrados en el proyecto: familias, docentes, monitores, etc. de esta forma tratan de averiguar qué fallos o problemas hay para tratar de corregirlos y mejorar.

Entonces, ¿qué limitaciones tiene el proyecto? Principalmente la administración. Me comentó el tutor que tienen que pedir permiso y renovar la comisión de servicio cada año. Pero no solo a la Junta sino que también la tienen que renovar al ayuntamiento de Málaga. Esto hace que se cree cierta inestabilidad en la plantilla y que parece que se está solucionando con el tema de las comunidades de aprendizaje.

Y por último, ¿qué pasó con la ideología o más bien la metodología de este tutor cuando se inició el proyecto? Pues le pregunté sobre ello y me comentó que cambió a mejor. Él se consideraba igualitario, pero le hicieron ver que utilizaba un lenguaje sexista y sus compañeros/as le ayudaron a cambiar a mejor.

Como hemos visto, aquí he dado unas pinceladas sobre el proyecto en general y su funcionamiento. Ahora me gustaría valorarlo y hacer una pequeña crítica sobre algunos aspectos que más me han llamado la atención.

Para empezar me ha fascinado el modo en el que se organizan. Sin duda alguna requiere una gran implicación y cohesión de grupo, aspectos que he visto a lo largo de mi estancia en el centro escolar. Esto me hace pensar que para que un proyecto madure, crezca y florezca hace falta implicación por parte de todos.

Otro aspecto a destacar es la paciencia. Sobre todo con las familias, porque tiene que ser duro tener que lidiar con algunas que serán problemáticas. Yo honestamente no me vería en esa situación y acabaría cogiendo una rabieta rápidamente porque no me veo capaz de tener tantísima paciencia y aguantar lo que ellos han aguantado (conflictos graves con las familias).

También me ha llamado muchísimo la atención el concepto que tienen de crear unión en el alumnado. Y esto es algo que he podido ver mucho en el recreo. Observar cómo los más peques de Infantil corretean con los mayores es algo precioso que nunca he visto nunca en ningún centro escolar. Algo peculiar y enriquecedor sin duda alguna.

¿Pero se puede mejorar en todo esto? La verdad es que me está costando mucho trabajo hacer una crítica sobre lo que observo puesto que lo veo todo muy bien aplicado y no solo eso, es que está muy bien fundamentado. A veces no me queda otra que quitarme el sombrero ante esos auténticos profesionales que son los docentes de Nuestra Señora de Gracia.

Lo único que podría decir, y que recogeré en mi propuesta de mejora, es que el alumnado más mayor podría implicarse más en el aprendizaje del alumnado más pequeño. No solo quedarse en las aulas abiertas que se hacen los viernes sino que también aprovechar que las audiciones, por ejemplo, las hicieran ellos para los más pequeños. Con esto no quiero decir que las hiciesen todas pero sí alternarse con los docentes. El enriquecimiento en el aprendizaje sería mucho mayor.

Por otro lado, quiero lanzar una crítica directa a la Administración. El exceso de burocracia entorpece los proyectos y la autonomía de los centros. Esto me hace pensar que es una gran mentira de que los centros tengan autonomía para elegir y llevar a cabo sus proyectos. El yugo de la burocracia lo tienen siempre ahí y entorpece e incluso desilusiona a los docentes. ¿Se podría hacer algo? Pues por mi parte… mejor me callo porque no quiero hablar mal de la Administración.

En definitiva, el día de hoy también ha tenido tareas de matemáticas, lenguaje, etc. pero me he querido centrar en detallar todo esto que lo veía mucho más importante. Mañana trataré de conocer más la metodología del docente y profundizaré en la motivación del alumnado, además de evaluar la evolución del deporte alternativo que estamos aplicando en quinto de Primaria.

Ya me quedan tan solo dos días de permanencia en el centro. Me pongo triste al recordar lo poquito que me queda aquí…

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Séptimo día: ¡Vaya chasco!

Hoy el día ha sido un poco tranquilo, sin mucho movimiento. La mañana ha transcurrido de manera tranquila en el centro y eso me ha permitido poder recabar mayor información sobre la rutina de la clase, relaciones interpersonales y aspectos del proyecto del centro en general.

En el ámbito social me gustaría destacar que me he dedicado a observar las relaciones del alumnado, continuando con la tónica de que la nueva chica absentista es una de las líderes de un grupo de chicas. Esto hace que la obedezcan en todo momento e incluso trate de enfrentarse al tutor.

¿Qué pasó exactamente en ese pequeño encontronazo? Fue a primera hora de la mañana cuando el tutor dijo al alumnado que sacaran sus libretas. Ella no había comprado ninguna por lo que no la trajo. “Has tenido cuatro días para comprarte una libreta, ¡cuatro días!”, le comentó el tutor. La chica se rebeló un poco haciendo un comentario en un tono un poco despectivo: “Pues ya lo sé, ¿qué quieres?” Y aquí el docente no se dejó pisar y le comentó que el que estaba cabreado era él y no ella, que para eso no había traído el material. De esa manera le paró los pies.

Se nota que el tutor tiene que ponerla bien firme, tal y como me había comentado días atrás. De lo contrario la chica se iría creciendo paulatinamente y había que cortarle las alas rápidamente porque de lo contrario… miedo me da pensarlo.

Estuve observando si en clase había alguna discriminación por origen étnico. Mi clase está compuesta por un alumnado de muy diversas nacionalidades: hay un chico rumano, unos 6-7 gitanos, un chino, una chica vasca y el resto son españoles.

Es muy curioso porque durante mi estancia en el centro no he contemplado ninguna discriminación de mi alumnado, tanto en clase como en el recreo. Eso sí, he podido observar que el chico de origen chino no tiene una relación muy cordial con el restos de sus compañeros/as, pero tampoco está marginado. “Déjale profe, no se entera de nada”, me comentó una compañera suya cuando estaba preguntándole al chico chino.

Me parece curioso el comportamiento del chico. En clase se suele distraer bastante, pero no es mal alumno, todo lo contrario. ¿Problemas con el idioma? En absoluto. Hoy estuve hablando con él y bueno, aunque no domina bien el castellano lo entiende correctamente, no tuve ningún problema de comunicación con él. Entonces, ¿por qué es así? Posiblemente sea por su forma de ser. Realmente no es algo que me preocupe porque sí está integrado con los demás.

Por otro lado, gitanos y payos conviven muy bien. En el recreo los niños forman un grupo y las niñas casi también, así que no observé nada fuera de lo común. Lo que es más, me llamó la atención de que se llevaran tan bien. ¿Será que el proyecto de centro de convivencia funciona tan bien? Posiblemente porque el respeto es un eje fundamental.

Asimismo me puse a indagar en el establecimiento de las relaciones sociales que el docente lleva a cabo con su alumnado, con el equipo directivo y con el claustro. Para ello me fijé en cómo ejerce su autoridad y respeto sobre el alumnado, en cómo trata al alumnado y en cómo actúa con el resto de niños y niñas de otras clases. En cuanto a las relaciones con el equipo directivo y claustro, me limité a preguntarle y a observarle.

Cabe destacar que en clase se comporta como un buen tutor. Con esto quiero decir que le da al alumnado una de cal y otra de arena, cosa que comparto bastante, es decir, él si se tiene que poner borde y pegar un grito, no duda en hacerlo; pero también si tiene que felicitar a algún alumno/a por su conducta o progreso, lo hace.

La verdad es que a mí me asombra mucho cómo controla las riendas de la clase. Se nota mucho los años de experiencia del docente, algo digno de admiración. Nada más entrar en clase el alumnado se calla y empieza a escucharle atentamente.

Su relación con el alumnado de sexto se basa en esa forma de combinar el buen rollo con la seriedad. Sabe mantenerse distante y también ayudar al alumnado en todo momento. Un ejemplo claro es que él se ha quedado hoy hablando con una niña de la clase que al parecer tenía un problema grave.

Con respecto al resto del alumnado, también me ha sorprendido la conducta que el tutor de sexto tiene con ellos. Cansado de ver a docentes que solamente conocen su clase, éste se sabe incluso los nombres de los niños/as de primer ciclo, segundo ciclo e incluso los de Infantil. ¡Madre mía, con la mala memoria que tengo yo para los nombres y este hombre se los sabe los de todo el centro! Me ha agradado ver que su actitud con los más peques es de cercanía, bromas y alegría; escuchándoles atentamente y haciéndole bromas para divertirles. “¡Eso es un maestro!” Eso pensé esta mañana al ver al docente hablar y juguetear con los críos.

Bueno, y qué decir de su relación con el claustro y el equipo docente. El tutor de sexto es un hombre veterano, fue de los que comenzaron el proyecto en Nuestra Señora de Gracia. Por lo tanto su relación con el resto de docentes es estupenda. Pero es que esto es un aspecto que me ha llamado la atención, aquí todo el equipo docente forma una piña y van a una. Se ve que el buen rollo impera en todos ellos y ellas. Bromas por los pasillos, apoyo (mucho apoyo) entre ellos. Y lo que más me llamó la atención fue un comentario que hizo el docente esta mañana: los docentes se reúnen cada viernes para tomar algo y para hablar de la progresión de sus clases, problemas, consejos, sugerencias, etc.

Con el equipo directivo cabe destacar que se lleva muy bien también. De hecho, las maestras que lo conforman también iniciaron el proyecto junto a él y se nota ese buen feeling y compromiso que tienen. Así que me gustaría destacar una sola palabra que definiría a todos los docentes del Nuestra Señora de Gracia, dicha palabra es COMPROMISO.

Cambiando de tema, ¿qué ha pasado hoy en clase en el ámbito metodológico? Bueno, hoy tocó un poco de repaso de matemáticas, luego me tocó llevarme al alumnado al huerto y tuvimos la tertulia. También entrevisté al tutor para conocer el proceso de evaluación personal y analicé el uso de los recursos y un poco de la metodología que utiliza el docente.

Pues bien, vayamos por partes, tal y como diría Jack el Destripador. Para empezar, mientras el docente explicaba el repaso de las potencias y raíces cuadradas yo me limitaba a analizar un poco los recursos que tiene la clase.

En dicha clase hay como una especie de estanterías de unos 5 metros de longitud y 5 de altura, donde hay colocado una gran variedad de materiales. Podemos encontrar libros del alumnado, los portátiles, material audiovisual, libretas, etc. También al fondo están situado unos cuantos ordenadores, los enchufes para cargar los portátiles y una especie de impresora bastante grande y que ocupa mucho espacio. ¡Menudo armatoste! Eso es lo que pienso al ver ese pedazo de bicho que parece una impresora del siglo XXII. Además, hay una pizarra digital de la marca Promethean que es muy usada.

Pues bien, ¿y qué uso le da al alumnado a todo este material? Cabe destacar que el libro más utilizado es el de Matemáticas y ya veremos por qué. También usan el libro de Lengua, pero solo para gramática y ortografía, poco más. Por último, el portátil es muy usado y hay que destacar que NUNCA se sacan de clase, es decir, el alumnado no se lo lleva a casa porque así evitan que se pierdan.

El uso que le dan a los portátiles es el de diseñar textos o resúmenes de las noticias que el docente vaya dando, jugar a juegos interactivos de carácter educativo o el de ver un vídeo o noticia en un momento determinado.

Por otra parte, el uso que el docente da a la pizarra digital podría decirse que en la mayoría de los casos la utiliza para explicar o corregir problemas de Matemáticas. Utiliza sobre todo el programa activinspire y algunas aplicaciones como La Nave del Saber, un juego parecido a un trivial pero para niños/as.

Y es aquí donde me gustaría hacer un punto de inflexión. ¿Podríamos usar la pizarra para algo más? Bien, sí que se puede. Podría utilizar el docente otro tipo de aplicaciones como por ejemplo algunas para las potencias y raíces cuadradas que se adecuarían al nivel del niño de manera individual y respetando el ritmo de aprendizaje de cada uno.

Por otra parte, me gustaría ofrecer unos cuantos esbozos de la metodología que lleva a cabo el docente en su aula. Claro está que esto se basa en lo poquito que he podido ver durante estas semanas de prácticas. Aún así creo que podría sacar un par de conclusiones a través de lo observado y la información que el tutor me ha dado:

-       El libro de texto solamente le da uso en Matemáticas. Esto lo justifica porque las Matemáticas, al ser algo más abstractas, considera mejor que el uso del libro es conveniente. Asimismo me dijo un día que también es porque no hay muchos recursos o ideas para llevar a cabo unas mates algo más chulas. ¿Qué podría hacer? Me pregunté yo. ¿Quizás podría buscar aplicaciones TIC? ¿Proyectos? ¿Funcionarían en el centro?

-       Lengua y Conocimiento del Medio se da de manera más práctica. Lengua se basa sobre todo en muchas actividades muy dinámicas. Por ejemplo he visto la lectura de los artículos, las tertulias (que luego explicaré) y los resúmenes a través del ordenador. Por otra parte, de Conocimiento del Medio no he podido ver gran cosa, quizás el huerto escolar donde trabajan las plantas.

-       Un buen uso de las TIC para fomentar la competencia digital y que el alumnado sepa manejarse a través de estas. El alumnado utiliza mucho aplicaciones, procesadores de textos, etc. Por ejemplo el juego de Consumópolis. Si ve algo interesante no duda en introducirlo.

Bien, estos son los aspectos generales que he podido sonsacar a través de la observación y que considero que habrá que complementar con alguna entrevista que otra. El papel de periodista me pega, no hago más que preguntar y preguntar por todo jejeje.

Hoy sí que me puse manos a la obra con el tema de la evaluación del aprendizaje del alumnado de sexto. A continuación expongo la entrevista que realicé al docente sobre este aspecto:

-       ¿Cómo lleva a cabo la evaluación del alumnado?

Pues para la recogida de información utilizo dos instrumentos o documentos, como quieras llamarlo. El primero son los exámenes que me vienen bien para ver qué tal están. El segundo es la ficha esa que viste de cada alumno, ¿te acuerdas? Pues ahí guardo toda la información sobre los problemas que tienen, cómo mejoran, anoto observaciones, etc. es un registro muy cómodo y que me viene bien.

-       Pero… ¿Y la evaluación de las conductas? ¿Qué pasa con ello?

Bueno, eso lo hago de muy diferentes maneras. Claro que anoto algunas cosas que observe en clase, pero también me las guardo para mí, para reflexionar sobre las mismas.

-       Entonces, cuando anotamos aspectos de la lectura, fue para conocer el desarrollo de las destrezas en Matemáticas y Lenguaje, ¿cierto?

Exactamente, lo que pretendo es ver cómo mejorar en las destrezas de la lógica matemática, comprensión lectora, escrita, oral, etc. me viene muy bien. La tertulia por ejemplo me viene bien para ver si han comprendido el texto y participan en clase, que es importante.

Tras la realización de la breve e informal entrevista al tutor, este tuvo que hacer guardia en una clase y me encargó que me fuese con los alumnos/as que no daban Religión al huerto escolar para quitar las malas hierbas y regar.

¡Allí estaba yo! Solito y llevándome a los 9 alumnos/as de la clase al huerto, en silencio y calmados. Lo que más me llamó fue que me respetaban (aún no entiendo cómo me gané su confianza y respeto) y me obedecían. La verdad es que yo pienso que soy uno más a la hora de trabajar, que me ven comprometido con ellos y ellas. Yo también me metí en el huerto a quitar malas hierbas y creo que eso hacía que el alumnado también se implicara. En el grupo me llevé al chico pesimista y a otro que da ciertos problemas y no pasó absolutamente nada. Allí estuvimos todos y todas como buenos campesinos arrancando malas hierbas y la cosa nunca se desmadró.

La verdad es que me sentí nuevamente docente y esto del huerto escolar me parece una idea formidable. Mira que me gusta a mí la agricultura… ponerme a escarbar, quitar malas hierbas, regar, etc. me encanta y a mis alumnos/as parece que también.

Por último hoy teníamos la tertulia sobre un artículo. El objetivo era que los padres y madres del alumnado vinieran a clase para hablar sobre la noticia que el tutor dio al alumnado el jueves pasado. Desgraciadamente ningún padre o madre vino. "¡Menudo chasco!" Pensé yo puesto que me esperaba una experiencia interesante de la cual nutrirme, pero no fue posible.

La tertulia consistía en crear un debate en torno al tema principal del artículo. Había una secretaria que daba el turno de palabra y el alumnado hablaba y reflexionaba sobre la noticia. El papel del docente era el de lanzar preguntas si el alumnado se quedaba callado.

La verdad es que me sorprendió las aportaciones del alumnado, fueron de lo más variopintas, pero nunca esperé que reflexionaran y argumentaran de esa manera. Sobre todo me sorprendió Manel, que estuvo muy participativo.

Durante toda la tertulia no paré de cuestionarme por qué las familias no vinieron. ¿Sería por el tema tan polémico del artículo (era sobre el alumnado transexual rechazado de los centros)? ¿Por desinterés? ¿Vergüenza? La verdad es que para mí fue un palo enorme. Es cierto que no me esperaba mucha afluencia, pero bueno, al menos un par de madres sí que me esperaba…

Yo la verdad es que no hubiese seleccionado esa noticia sino otra, incluso hubiese seleccionado algo más relacionado con la cultura general de la clase y del barrio, algo más atractivo, no sé. Pero tampoco eso, quizás hubiese estado mejor notificar a los padres y madres en directo o a través de mensajería instantánea. Yo creo que crear una responsabilidad en las familias es un añadido fundamental para que el proyecto tenga éxito.

En definitiva, que hoy ha sido un día de recabar mucha información pero es que me queda un montón más. Tengo que recabar información sobre la actitud del equipo directivo con los docentes, más sobre la metodología, las familias, el bijbol, cosas del proyecto, aspectos motivacionales… ¡qué agobio! ¡Y solo me quedan tres días de permanencia en el centro! En fin, ¡mañana habrá que acosar a preguntas a todo ser viviente mayor de edad que se cruce conmigo!

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Sexto día: Reunión en pleno Halloween

Hoy ha sido un día especial, por fin he visto algo más del trabajo de comunidades de aprendizaje que se realiza en el centro. Concretamente he podido participar en los grupos interactivos, una metodología muy atractiva que posteriormente explicaré con todo detalle. También he visto un poco más de ese trabajo que hace el centro para que todo el alumnado esté trabajando en equipo, desde tercero de Infantil hasta sexto de Primaria. Hoy ha sido un día muy movidito y eso es algo que se agradece, estar siempre conociendo nuevas cosas es algo que me encanta. Por último tuvimos una reunión con el equipo directivo en la que no dudé de preguntar muchas cosas para informarme aún más sobre el centro.

En lo referente al plano social, hoy me gustaría destacar que Manel ha faltado nuevamente. Sin duda alguna ya sé el motivo: sus padres. Por lo tanto no voy a hablar mucho de él.

Otra cosa que me ha llamado la atención es la nueva alumna: Sandy. Sandy tiene una larga y traumática historia detrás que es bastante interesante. Nada más llegar a clase el tutor la presentó, aunque ya el alumnado de la clase la conocía. Ella es una chica de 13 años que no sabe bien ni leer ni escribir. También se puede decir que es una de los “gallitos” de la clase, y eso que lleva tan solo un día.

¿Por qué digo que es una de los líderes? Muy fácil. Me dediqué a observarla en el recreo y vi que era la que lideraba al grupo de niñas de la clase. Las chicas pasaban un rato tocando las palmas y luego cambiaban rápidamente de juego. Ella siempre decidía qué hacer y cuándo. Me resultaba curioso que las demás la obedecían pero es que incluso la admiraban.

Pero… ¿Qué piensan los demás alumnos de ella? Bueno, las impresiones que me he llevado es que Sandy es una chica “temida” por el alumnado. Quizás haya usado una palabra un poco fuerte pero es lo que más asemeja a la situación. Su relación con los demás es buena pero se nota que trata de imponerse y dar la voz cantante en todo momento.

Y el docente, ¿qué opina? Pues qué decir, me quedé sin palabras cuando conocí la historia que tiene detrás esta niña. Sinceramente, aún sigo sin ser consciente de donde estoy metido y toda la historia que hay detrás de cada alumno/a.

El tutor me comentó que Sandy es una chica repetidora y absentista. Hace dos años hubo una trifulca entre el tutor y la madre que hizo que esta se llevara a la niña a otro colegio, donde ha sido expulsada. “A la madre le avisamos. Le advertimos que la niña iba a perder el derecho al comedor por la conducta que tenía y no veas como se puso. Aquello fue para mí bastante duro, la verdad. Entre gritos y amenazas la madre cogió a la niña y se la llevó. Al año siguiente la escolarizó en otro centro donde parece ser que la han expulsado y ahora, dos años después, la ha vuelto a escolarizar aquí otra vez. La cosa se espera movidita…”, me comentó el tutor ante mi perpleja mirada.

Y sí, Sandy tiene tela… El tutor me comentó que el padre y la madre trapichean con drogas y son pesos pesados en la Cruz Verde. Son de armas a tomar. “Sin embargo Sandy tiene un sentido del ridículo que no veas… Como no sabe ni leer ni escribir apenas, la niña se avergüenza cuando la sacamos para leer”, me comentó el tutor.

Así, también me dediqué a observar las relaciones del alumnado en clase, donde vi que en general es buena. Cabe destacar que, a pesar de que estén distribuidos en grupos de 5, ellos suelen llevarse bien en su mayoría. El único problema de adaptación e integración con el resto de compañeros y compañeras lo tienen solamente Manel y el muchacho pesimista.

Este último, su integración está siendo bastante dura por lo que me cuenta el tutor. Bien es cierto que está con los demás, pero estos no le hacen mucho caso e incluso están algo enfadados con ellos. Lo puedo ver por los comentarios relativamente despectivos que hacen sobre el muchacho, sobre todo su grupo de trabajo.

Por otra parte, en la clase no existe ningún líder, bueno, hoy ha entrado una y veremos a ver qué pasa con ella porque la niña es de armas tomar, la verdad. No es que tenga miedo pero eso puede ser una bomba de relojería dentro del grupo que funciona y se compenetra muy bien.

En el plano metodológico hoy cabe destacar que ha sido un día muy interesante para conocer qué se realiza en el centro y sobre todo en mi aula. Hoy he sido como una esponja, nutriéndome de todas las experiencias vividas en el centro y en mi aula.

A primera hora de la mañana teníamos preparado una tarea especial y característica de las comunidades de aprendizaje: los grupos interactivos.

Cuando llegué al aula vi que estaban los padres de una alumna puesto que nos iban a ayudar a trabajar esta tarea. Así que éramos 4 organizadores para los grupos interactivo. La distribución espacial del alumnado se mantenía igual y nosotros íbamos rotando por los grupos con nuestra tarea específica.

Y bien, ¿entonces de qué va esto de los grupos interactivos que no ha quedado claro? Pues consiste en que se proponen 4 tareas específicas y a cada organizador se le asigna una. Este va rotando por cada grupo cada 20 minutos y su función es la de explicar la tarea, observar cómo la realizan, hacer de moderador y evaluar.

El objetivo principal del grupo interactivo que se desarrolló en el día de hoy fue el de trabajar la competencia matemática a través de la lógica y lo que ya se estaba dando en clase: practicar las potencias y raíces cuadradas. Entonces teníamos 4 tareas:

-       Razonamiento y lógica a través de unas figuras y seriaciones. (La coordinaron los padres de la niña),

-       potencias. (Coordinado por el tutor),

-       Operaciones variadas. (Coordinado por la práctica)

-       Y problemas. (Que le toco al menda lerela).

Previo a empezar, el docente me explicó el sistema de evaluación y qué se pretendía evaluar. Añadió que tenía que observar cómo interactuaba el grupo, cómo discutían para resolver los problemas y cómo se ayudaban entre ellos. A nivel individual me dijo que observara cuánto tiempo tardan, si formulan bien las operaciones y si daban correctamente las respuestas.

Pues bien, tras finalizar la actividad, recogí una serie de conclusiones de cada grupo a través de la evaluación mediante la observación y se las entregué al tutor. Lo que más me llamó la atención fue que no razonan sino que aplican una mecanización de las matemáticas, por ejemplo, van buscando qué tienen que hacer y no lo razonan; si el problema parece de suma, a la suma se van.

Otra cosa que me llamó la atención es que algunos tienen determinados problemas de comprensión, sobre todo se notó en uno de los ejercicios que les planteé. Además, había algunos que les costaba algo más pero que el resto de compañeros y compañeras le ayudaban.

 Sin embargo no salí excesivamente contento de la experiencia que viví. ¿Por qué? Bueno, fructífera sí que fue (bastante), pero había algunas cosas que no me convencieron del todo y se lo comuniqué al docente.

La primera es que la línea de dificultad de los problemas era muy horizontal. A ver, lo explico con otras palabras mejor y que suene así más bonito. Quiero decir que todos los problemas eran de sumar o restar y muy sencillos. Entonces, algunos grupos con mayores capacidades se aburrían y no podía tirar de problemas más complejos. Esto hacía que el grupo estuviese desmotivado y con menos ganas de trabajar.

Lo segundo fue que en determinados grupos había poca implicación a la hora de ayudar a algún compañero o compañera. Pese a incidir mucho en ello, muchas veces no querían colaborar y eso hacía que el que iba más rezagado se quedara ahí solo resolviéndolo, ayudándole solamente yo. Esto no me gustó en absoluto, aunque cabe destacar que sucedió en pocas ocasiones, no fue una tónica habitual.

En definitiva, fue una tarea que me encantó y que sirve muy bien para evaluar tanto el clima del aula como los contenidos que se están dando en la asignatura de matemáticas. Pero, ¿qué hace el docente con la información que le di? Pues la almacena en un documento que tiene en su ordenador.

En este documento está toda la información individual del progreso del alumnado. Aquí anota cómo van progresando, qué dificultades tiene, qué sugerencias hacemos, etc. Es una forma de conocer muy bien cómo va mejorando el alumnado y también sirve para detectar los posibles problemas que se le vayan planteando.

Asimismo, lo que más me llamó la atención de los grupos interactivos fue la implicación de la familia. Sí, por fin veo cómo se implica la familia en el centro y qué funciones tiene, que en este caso fue de organizador de una tarea. Es verdad que fue una intervención aislada pero observé cómo se relacionaba con el alumnado y vi que la relación que hay entre el alumnado y la familia fue de respeto y cordialidad en todo momento.

Tras acabar el grupo interactivo el grupo clase jugaron un poco con el juego de Consumópolis. Es un juego virtual que sirve para trabajar contenidos de Conocimiento del Medio y educación en valores. Prácticamente sirve para hacer que el alumnado tome conciencia sobre el consumo responsable en todos sus ámbitos.

El juego es curioso, a mí me llamó mucho la atención porque el alumnado se mete de manera individual con sus portátiles en una pequeña ciudad virtual en la que tienen que superar una serie de pruebas.

Como buen curiosón que soy, me puse a trastear con un alumno para ver de qué iba aquello y enterarme mejor sobre las preguntas y los textos que debían que leer. Vi que dichas preguntas eran de lo más variopintas: hablaban sobre el ciberbullying, el reciclaje, el uso de la electricidad responsable, etc.

Estaba bastante bien y considero que es una tarea que sí, que se puede trabajar para mejorar. Pero ¿cómo se evalúa el progreso del alumnado en este juego? Es muy simple: a través de los puntos que ganan. A mayor cantidad de puntos… ¿mejor aprendizaje? ¿Y si aciertan por azar? No sé, no considero esta tarea muy adecuada para que sea un eje clave de evaluación del aprendizaje del alumnado.

De hecho el docente también piensa igual que yo y me comentó que es una actividad para que tomen conciencia sobre el consumo responsable y que desarrollen también el manejo de las TIC.

Y ya por último es el turno de la actividad estrella que se ha organizado hoy en el centro en conmemoración del día de Halloween: las audiciones de terror.

Era normal ver hoy a algunos niños o niñas vestidos de pequeñas brujitas, zombies e incluso momias. Ver a los pequeños/as corretear con sus máscaras, sus guadañas, sus túnicas negras, sus gorros de bruja e incluso antifaces era algo que nunca había visto en un centro escolar y que me hacía bastante gracia.

A las 11:30 una melodía terrorífica empezó a sonar en el centro. Parecía la canción del exorcista en versión midi (un formato de música) y daba un toque tétrico a la par de oscuro al centro. Los niños/as rápidamente salían de sus clases y se dirigían hacia el auditorio del cual habían sacado la entrada. “Rápido, nosotros vamos a la sala del conserje, allí tenemos el cuento del poder de la amistad”, le dijo un muchacho de tercero a otro compañero suyo.

Mas yo me sentía como un crío más y me infiltré en la biblioteca para vivir de cerca esto de las audiciones. Y sí, allí estaba la maestra de quinto y su práctico, dispuestos a contar un cuento sobre una bruja.

El pequeño grupo de alumnos/as que se formó allí era de lo más variopinto en cuanto a edades. Había niños/as de infantil, de primer, segundo y tercer ciclo de Primaria. Lo que sí me llamó la atención es que la mayoría del grupo eran niños.

El cuento empezó y las caras de intriga de los niños/as  lo decía todo. Tras la narración me llamó mucho la atención que la maestra les preguntara a cada alumno/a sobre lo que más les ha gustado del cuento. ¿Y para qué hacía esto? Pues simplemente para conocer la comprensión oral de los niños y de las niñas que estaban escuchándola.

Por otra parte, observé las relaciones de algunas niñas de sexto que estaban en la audición con el resto de niños/as. No me agradó mucho lo que vi porque una de ellas estaba todo el rato comentando que no veía el cuento y que quería cambiarse de sitio. Esto entorpeció la audición, aunque no tuvo repercusión alguna y no se paró en ningún momento.

Otro aspecto relevante fue que mis niñas interrumpieron también cuando el resto de alumnos/as dijeron qué les había gustado o no del cuento. Sinceramente esto me preocupó porque no mostraron una actitud de respeto hacia los demás. ¿Se podría haber hecho algo? Evidentemente sí, lo suyo hubiese sido establecer unas directrices previas para que eso no sucediese. Aunque la maestra supo controlar al grupo en todo momento y regañar a mis alumnas en todo momento.

Y así finalizó la actividad en la que había una diversidad de niños de todas las edades, donde me sorprendía ver cómo los niños escuchaban con atención el cuento narrado por el práctico. Me quedé maravillado a ver esa cohesión y me cuestioné por qué no se hace este tipo de cosas en otros centros puesto que sería absolutamente enriquecedor para el clima social del mismo.

 

La reunión con el equipo directivo

 Eran las doce y media cuando me dirigía a la clase tras el recreo. Subiendo las escaleras alguien me paró, era mi compañera Nuria. “Manu, la directora nos ha llamado para reunirnos todos los prácticos en la biblioteca”, me dijo.

Y allí me fui corriendo en un santiamén. Dentro estaban esperándome mis compañeros/as de prácticas del máster y del grado. Les saludé y me senté en el fondo. Todos estábamos sentados alrededor de una mesa donde habían dos sillas libres reservadas para la directora y la que creo que era la secretaria.

Al entrar las dos maestras que faltaban comenzó la reunión. Nunca me había pasado algo similar, así que no sabía de qué iba a ir eso y estaba un poco con la mosca detrás de la oreja. ¿Para qué nos han reunido? ¿Por qué? ¿Me querrán regañar? Eran cuestiones que rondaban por mi cabeza.

El propósito de la reunión fue para comentar nuestras experiencias, pedirnos el favor de que analizáramos el clima de aula y el proyecto desde la perspectiva de observador, solicitarnos nuestros diarios tras acabar la prácticas y lo que más me llamó la atención es que comentáramos aquellos aspectos que veíamos que cojeaba el proyecto.

Yo evidentemente no me quedé callado y como buen culo inquieto que soy, no dudé en realizar una serie de preguntas y comentarios. Era mi oportunidad para conocer qué opinan sobre la falta de higiene de Manel y si lo habían percatado. Ellas me comentaron que sí, que sí lo sabían pero que es responsabilidad del tutor.

Por otro lado, también le pregunté sobre el problema de inglés, pues los dos alumnos que visitaron el centro la semana pasada me comentaron que cojeaban en inglés. Ellas me contestaron que eran consciente de ello y que es algo que falla en el proyecto, que los niños/as van un poco atrasados con respecto al inglés pero que tienen una maestra magnífica ahora y que esperan mejorar el rendimiento curricular en esta área.

Esta reunión me sirvió para intercambiar impresiones con el resto de prácticos y también con el equipo directivo. Además, aquí me enteré un poco de los antecedentes del proyecto, de cuando comenzó y la forma que tienen de actuar.

Ellas añadieron que es un proyecto en el cual todo el equipo docente va a una, no se toman las decisiones sin consenso alguno y que todos forman un equipo. Por ejemplo, comentaron que hacían visitas a los barrios y casas del alumnado y siempre por parejas, para evitar así posibles problemas y tener testigos ante aquellas discusiones que podrían generar.

Nos comentaron que para ellos fue primordial acercar el centro a la barriada y las familias al centro, y que para eso decidieron ir a los barrios a visitar al alumnado y tratar de trabajar con ellos y ellas también allí. Conocer su entorno y valorarlo era un eje fundamental del proyecto que iniciaron hace 10 años y que se titulaba “La ilusión de vivir y crecer en compañía”.

Otro aspecto que hicieron mucho hincapié fue el tema de los castigos, donde hablaron sobre la importancia de concienciar al alumnado sobre el porqué de haber sido castigados y tratar de dialogar en todo momento con ellos y ellas. El castigo sin diálogo no es fructífero y lo que quieren fundamentalmente es que el alumnado aprenda de sus errores y mejorar la convivencia.

Y nos dieron las dos y ya finalizó una jornada que fue muy provechosa. Sin duda alguna me quedo con la reunión. A mí jamás me han dado voz en los centros que he estado de prácticas. Siempre fui la última mierda del lugar y nadie se interesó por mí, sobre todo en el Prácticum II donde me vi plenamente solo dando clases EF al alumnado de primer y segundo ciclo. Nunca se acercó nadie a preguntarme o a aconsejarme.

 

El lunes parece que será también muy interesante puesto que tenemos una lectura compartida con los padres y madres de los niños y niñas de sexto. El tutor ya me dio la noticia que tenía que leer y comentar el lunes próximo. Espero seguir aprendiendo mucho más en los pocos días que me quedan.

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Quinto día: ¡Audiciones!

Hoy volvía el tutor de la clase de sexto y yo iba a comenzar a analizar en profundidad el problema de higiene de Manel y el caso de las TIC, porque ayer me pareció que los ordenadores no funcionaban muy bien y quería averiguar la opinión del docente, además de dar una visión crítica sobre el problema.

Así que hoy ha sido un día de preguntas, de observación y de aplicación práctica en la clase de EF con quinto de Primara. Con esta clase sigo aplicando el nuevo deporte, estoy viendo cómo se va desarrollando y descubriendo las fortalezas y debilidades que habrá que mejorar. También hablaré sobre el proyecto de audición (una especie de cine que mañana se celebra y que explicaré detalladamente en metodología). Por último, voy a analizar la clase de Música, que dejó mucho que desear y quiero analizar en profundidad.

En cuanto al ámbito social, hoy seré breve. Voy a centrarme única y exclusivamente en la observación de Manel durante toda la mañana. Las categorías que planteé para observar fueron:

-       Relación con su grupo de mesa.

-       Relación con sus coetáneos.

-       Relación con niños y niñas de otras clases.

-       Actitud en clase en presencia del docente y sin el docente.

Estas cuatro categorías las voy a seguir usando para sacar la mayor información posible del caso de Manel. Lo que pretendo conocer es si su falta de higiene afecta o no en sus relaciones interpersonales.

Para empezar hay que destacar que la clase está distribuido por grupos de mesa. El grupo de mesa viene a ser la forma en la cual el alumnado están posicionados. La organización de las mesas es de cinco en cinco, por lo tanto hay cuatro grupos de cinco alumnos/as. Manel está en el grupo más cercano a la pizarra y a la mesa del docente. Concretamente él se encuentra pegado a la mesa del mismo, por lo que es muy fácil tenerlo controlado en todo momento.

Observando su interacción con su grupo, me percaté que está bien integrado pero no es un líder, ni tampoco alguien que toman muy en cuenta el resto del grupo. No le hacen el vacío, pero tampoco hablan mucho con él. Bridgie está sentada junto a él y no le suele prestarle mucha atención. De hecho, una conducta que suele realizar mucho Manel es irse a hablar con otro chico de la clase, el cual está en el fondo. ¿Será que no está bien integrado con su pequeño grupo?

Con respecto a la relación con sus coetáneos, cabe destacar que es buena. El niño se relaciona e interacciona bien con los de su clase. No es que sea un niño carismático precisamente, ni tampoco lo tienen muy en cuenta los demás compañeros, salvo un par de muchachos. De hecho en el patio del recreo pasa lo mismo, e incluso Manel no se relaciona tanto con los de su edad sino con los más pequeños. ¿Qué pasa aquí?

La relación con el resto del alumnado es normal. Hoy por ejemplo estuvo jugando con una cuerda con alumnos y alumnas de tercero. El juego consistía en tirar de la cuerda a ver quién era el más fuerte. Se reía, jugaba, charlaba y los niños/as más pequeños le hacían más caso. Observé que tenía una cierta actitud de “chico malo mayor”. Con esto quiero decir que Manel era como el jefe de los más pequeños/as. No abusaba de su poder pero sí que tenía ganas de imponerse en todo momento.

En cuanto a la relación con los docentes que hoy han impartido clases en sexto, cabe destacar su actitud ha sido muy dispar. Conmigo trata de hacerse el gracioso y no obedecer mis órdenes; con la muchacha de prácticas ni le rinde cuentas. Al tutor lo respeta y bastante pero a algunos docentes como el de música ni le hace caso.

Así que a raíz de toda esta información y de su problema de higiene, quise entrevistar al tutor de la clase. A continuación expongo las preguntas y las respuestas:

¿Qué opina sobre la falta de higiene de Manel?

Pues me parece un aspecto bastante grave. De hecho echa un peste que no es normal y todo viene a raíz de la familia.

¿Familia desestructurada?

Exacto, y preocupante. El niño no tiene un modelo a seguir en su casa. Sus padres se levantan tarde, los hermanos ni van al instituto. De hecho tiene bastante mérito que el chaval se levante solo y venga al colegio solo.

¿Y qué opina sobre esto?

Pues que es preocupante. Nosotros no podemos estar encima de él todo el día, tan solo cinco horas. Y aunque el chaval intenta, a veces… pues no, no tiene motivación y su actitud deja mucho que desear.

¿Qué pasa con su actitud?

Ya lo habrás visto, ¿no? Va de chulillo y trata de imponerse…

Por último, ¿en el claustro habéis tratado este tema?

Por supuesto que sí. Todos los docentes opinamos que es algo grave. Sabemos que la falta de higiene en algunos alumnos/as es preocupante pero lo de Manel es aún más. Ya viste que le llamé la atención, ¿no? Pues como siga la cosa habrá que llamar a sus padres.

Esta fue la breve entrevista que le realicé al tutor y donde vi que la actitud de Manel no es muy disciplinada que digamos, que su problema de higiene no es algo que me preocupe a mí solo sino que también al resto de docentes, y que es un tema que están abordando. ¿Qué poder hacer? Eso me pregunté a mí mismo. Está claro que yo hubiese intervenido más antes. Hubiese llamado a los padres desde un principio porque esto no es algo baladí. Este problema puede provocar que en el colegio se generen enfermedades o parásitos como los piojos.

En el plano metodológico hay muchas cosas que contar porque por fin ya estoy viendo mejor de qué va esto de las comunidades de aprendizaje.

No me centraré mucho en detallar las tareas que ha desarrollado el alumnado de sexto en clase. Tan solo diré que corrigieron los ejercicios de matemáticas, hicieron más ejercicios de potencias y raíces y tras el recreo corrigieron los resúmenes de los textos que realizaron la semana pasada. Esto último no lo pude ver porque estuve en EF con los de quinto poniendo en marcha el deporte alternativo que estamos introduciendo.

De todo lo acontecido en sexto, me gustaría destacar que la participación sigue siendo buena y que hoy me pregunté por qué el tutor no dejaba al alumnado interactuar con la pizarra digital. De hecho, esto fue un problema que detecté y que se lo comuniqué al docente. “Quizás podrías hacer que si no entiende un problema, sacar al chico/a a la pizarra”, le comenté.

Efectivamente, esto resultó mucho más fructífero para aquellos niños/as que no entendían un problema. De hecho vi en directo dicho proceso. Una alumna que no entendía un problema salió a la pizarra y guiada por el profesor, resolvió la tarea paso a paso. Dicho ejercicio consistía en que una persona tenía 3 cajas: una de ellas con 16 espacios, otra con 25 y otra con 36. Le preguntaban que si tenía 32 minerales, ¿en qué caja los metería? Pues bien, el docente y la alumna fueron paso a paso. “Si tienes 32 minerales, ¿dónde los meterías? ¿En la de 16 espacios? ¿En la de 25? ¿En la de 36?”, le preguntó el profesor. Vi que la niña le costaba, que incluso se equivocaba y el tutor acudió a la representación gráfica de las cajas. Esto ayudó mucho a la niña que empezó a rellenar los espacios con minerales (puntos de color azul) y al final halló la respuesta.

Ahora me detendré en el problema de Música. El docente que imparte esta área es novel, tendrá alrededor de unos 29 años y aprobó las oposiciones en el año 2009. Él quería llevar a cabo un proyecto con la clase: tocar y cantar la canción Somebody that I used to know. Lo que pretendía es que el alumnado cantara y tocaran distintos instrumentos mientras él tocaba la guitarra.

Rápidamente vi que había muchas cosas que cojeaban. Primeramente la letra: muy difícil para el alumnado de sexto. Observé que éstos se desmotivaban porque ni la entendían, ni tampoco sabían pronunciarla bien, además que no les parecía interesante a muchos. ¿No sería mejor haber seleccionado una canción flamenca por el mero hecho de que había muchos gitanos en clase?

La clase fue un poco caos cuando tuvieron que cantar la letra siguiendo el karaoke que se proyectaba en la pizarra digital. Unos cantaban, otros pasaban y se ponían a hacer los deberes de inglés, otros se ponían con las tijeras… Aquello presentaba una descoordinación importante. Lo que más me llamó de aquel descontrol es que los niños se levantaban por voluntad propia.

Algo no funcionaba, eso pensé. Y sí, creo que aquí se tendría que utilizar unas tareas más sencillas e ir poco a poco. El repartir xilófonos, teclados, panderetas, etc. es una locura. De hecho en esto se basó nuestra conversación:

-       Oye, he visto que la clase…. – le comenté.

-       Sí, lo sé, este proyecto no sé qué hacer porque es muy bonito e interesante, pero… - me dijo desesperanzado.

-       Ya, la verdad es que me gusta, pero tú tranquilo. El control es lo que falla y podrías hacer mucho hincapié en ello. ¿Lo has comentado con el tutor? – le comenté.

-       Pues no mucho, la verdad. Aún así me preocupa porque esto está funcionando muy bien en quinto pero aquí nada de nada.- replicó el docente de Música.

-       ¿Y por qué no ir de lo general a lo específico? Es decir, tú coges, primero se aprenden la letra cantándola. Luego introduces los instrumentos musicales básicos. Posteriormente introduces los instrumentos musicales más complejos, uno por grupo y listo. Claro, te va a requerir meses, pero de otra forma no lo veo. – le comenté.

-       Es buena idea, coincido contigo pero claro, ¿de dónde saco tiempo si solo tengo 45 minutos de Música a la semana? – me dijo el joven docente.

Ahí nos callamos los dos y nos miramos a los ojos durante unos segundos. El silencio lo decía todo: ¡MALDITA BUROCRACIA Y SISTEMA!

Bien, cambiando de tema, hoy ha sido un día especial. Empecé a conocer esto de los proyectos de primera mano porque días anteriores solamente tuve la oportunidad de trabajar el huerto escolar y poco más. Hoy el alumnado sacaban su entrada de las audiciones en taquilla.

Pero, ¿en qué consiste esto? Bueno, preguntando a directora, ella me comentó que cada 3 meses hacen un día de audición en la que los docentes leen un relato. Evidentemente la distribución es especial, cada alumno/a saca su entrada para una sola audición y el día siguiente tiene que ir a escucharla.

No hay organización por edades. Los alumnos/as del centro sacan su entrada en la taquilla del recreo, evento que ha sido hoy, y mañana van a donde se celebra la audición seleccionada. Preguntando al tutor de sexto me comentó que solo pueden ir un máximo de 3 alumnos/as por curso a cada audición y que ellos/as no saben quién es el docente que narrará la audición. Así evitan preferencias.

¿Y por qué se hacen esto en el centro? Porque el fomento de la lectura es fundamental. Pero no solo eso sino que también el desarrollo de la comprensión lectora y que ellos y ellas tengan un buen modelo lector (los docentes).

A mí esta actividad me ha encantado y ya se ve eso del trabajo con niños/as de distintas edades. ¡Estoy como loco por conocer qué pasara mañana! Seguramente mañana yo también narre un relato, si es que me dejan, claro está.

Y ya a última hora tocaba EF con los de quinto. Entré en su aula y el principal problema que vi era la hora. ¡Eran las 13:25 ya! Madre mía, el tiempo se pasó volando, ya se había agotado 10 de la clase y ni habíamos empezado. “¿Pero esto qué es?”, me pregunté. No me sorprendí por el docente sino por el poco horario que tenemos los de EF y lo rápido que se nos pasa el tiempo. Entre que tenemos que explicar, callar a la clase, dar feedback del día anterior, etc. se pasa la sesión volado.

-       Madre mía, estamos saliendo y ya son casi las 13:35… - le comenté al maestro.

-       Sí, ¿esto es normal? Ni dos horas semanales, solo hora y media que no se aprovecha nada. Ya verás, ya verás, ahora bajamos y ya entre el calentamiento y estiramientos solamente nos quedan 25 minutos de sesión. Pero bueno, a ver qué tal va el bijbol hoy. – le replicó el maestro.

Pues sí, hoy íbamos a continuar con el bijbol, viendo cómo se estaba llevando el deporte. Para empezar me gustaría destacar que ha tenido muy buena acogida. Le pregunté a muchos alumnos/as de esa clase si les había gustado el bijbol y sí, me dijeron les encantó y  que tenían ganas de más.

Hoy ya teníamos que analizar si estaban adquiriendo estrategias tácticas y técnicas propias del deporte.

Para empezar coordiné el calentamiento y luego hice los grupos. Pero antes de empezar a jugar les pregunté que si se sabían las reglas y solicité que me las explicaran. Me sorprendí bastante, se acordaban de todo.

Previo a la sesión elaboré también unas categorías de observación, las cuales son las siguientes:

-       Conflictos de disputa del móvil.

-       Participación de clase.

-       Desarrollo de la táctica-técnica en el deporte.

En la primera categoría observé que habían muchos conflictos, pero casi todos  relacionados con el golpeo de balón y el peligro que podría ocasionar. Se repitió 3 veces el mismo conflicto: un jugador tenía la mano y el adversario golpeaba el balón, haciéndole daño en la mano. Esto me preocupó mucho y tuvimos que parar el juego para reflexionar sobre el problema y darle solución.

¿Qué hicimos el docente y yo? Pues añadir una nueva regla: si uno controla el balón con las manos, el adversario no puede golpear el balón con el pie, es falta.

Esta nueva regla muy pronto dio resultados y los conflictos disminuyeron considerablemente. Ya el alumnado se respetaba más aunque a veces surgían otros conflictos como el problema del saque de portería. “Me toca a mí. Que saco yo. Que siiiiiii”, gritaba una niña muy mosqueada. Lo que hice fue establecer un orden de saque y todos y todas contentos. Este orden lo diseñamos con el objetivo de que todo el alumnado participara en la práctica.

Con respecto a la participación en clase, observé que todo el alumnado participa o tiene interés por participar. No había problema de motivación alguno ya que el juego ha sido muy bien recibido. Noté que había una niña del grupo amarillo que se alejaba mucho del balón, ¿tenía miedo? Pues sí, tenía miedo porque le pregunté y me dijo que le daba un poco de susto el balón de pilates. ¿Qué podíamos hacer? “A ver si encontramos alguna solución la semana que viene, Manu”, me dijo el maestro. Yo le comenté que el problema fue mío por introducir tan rápidamente un deporte sin que ellos se familiarizaran antes con el móvil. Quizás ese fuese el problema.

La categoría de desarrollo de la táctica-técnica fue mucho más interesante. Incidimos mucho en la dispersión por el espacio y que no se apelotonaran alrededor del balón. Sí, aquí tuve que hacer mucho hincapié, incluso parando el juego para que ellos y ellas se concienciaran de la importancia que es dispersarse en equipo.

Otro aspecto de la táctica que me llamó la atención es que ya estaban desarrollando estrategias de ataque. Las faltas las tiran directo a portería, los saques de portería son más altos y largos, están empleando el pase más a menudo cuando ayer jugaban individualmente, etc. Sin duda alguna me sorprendí muchísimo. ¿Cómo es posible tanta mejoría de un día para otro?

La táctica la mejoraron muchísimo y esto se podía ver porque en el partido marcaron 4 goles (quedó empate), mientras que ayer solamente marcaron un gol. Se nota la diferencia y la mejora en todos los aspectos.

Sin duda alguna tenemos que ir mejorando el reglamento, adaptándolo a las características del alumnado y viendo si da resultado. Menos mal que tengo a alguien a mi lado que comparte mis mismas ideas y mis  mismas ambiciones. El maestro de EF es otra persona inquieta como yo, a la que le gusta innovar y mejorar su práctica educativa. Mi relación con él está siendo muy bien aprovechada y estoy aprendiendo muchísimo con él.

Al dar las dos me subí a mi tutoría y entrevisté nuevamente al tutor de sexto. Quería recabar información sobre el uso de las TIC y averiguar por qué funcionaba tan mal los portátiles. A continuación dejo la entrevista:

-       ¿No crees que el WiFi funciona mal?

En absoluto, funciona bien pero no para tirar cohetes, claro está. Démonos un canto en los dientes por como funciona…

-       Ayer estuvieron haciendo las pruebas de Consumópolis y muchos alumnos/as se me quejaban porque les iba lento o ni les funcionaba, ¿cuál puede ser el problema?

-       Bueno, no te lo puedo decir con exactitud porque no estuve, pero por lo que me cuentas puede ser que la web vaya mal. Pero otra cosa, ¿no te planteaste alguna estrategia para que todos participaran?

Aquí me pilló en fuera de juego. Me dejó mudo, sorprendido… Era como si me hubiera robado la voz, las ideas, el pensamiento y toda la formación como de docente. De pronto vi que se me rompieron todos los esquemas y empecé a cuestionarme nuevamente mi práctica como docente.

-       Bueno, pues no, no me planteé nada. Tuve que decirle que tuvieran paciencia y que incluso apagaran el portátil cuando ya quedaban 10 minutos para el final de la clase. De hecho a algunos les tuve bastante tiempo ahí esperando sin hacer nada- le contesté.

-       ¿No crees que hubiese sido buena idea compartir los portátiles que funcionaban durante diez minutos? Diez minutos un compañero realizando pruebas y otros diez el otro- me respondió el docente.

-       Pues sí… gran verdad… - le respondí absorto.

Pues sí, hoy me fui callado, dubitativo, reconcomiéndome la cabeza por lo que me comentó el tutor. No sé ni cómo expresar lo que siento porque es una sensación rara pero placentera a la vez. ¿Solo sé que no sé nada? Pues sí, no sé nada. ¡Cuánta razón tenía Sócrates con esa frase!

¡A aprender!

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Cuarto día: Con una sonrisa de oreja a oreja

Pues sí, hoy ha sido un día realmente fructífero. Como si el día y la noche se tratara, las sensaciones con las cuales me he marchado a casa han sido totalmente opuestas a la del día anterior. Hoy he visto que sí se puede, sí se puede introducir nuevos deportes en EF, sí se puede tener un buen trato con el alumnado y guardar respeto, sí se puede hacer algo distinto en clase y lo que es más importante: sí se puede educar.

Hoy el día ha sido muy distinto a los demás. Intenso, ajetreado, plagado de sorpresas, con conflictos… pero en definitiva enriquecedor.

El tutor de clase no ha venido, por lo que he estado con diversas maestras mientras el alumnado realizaba sus tareas.

Empezando con la observación del ámbito social de mi clase, hay poca cosa que contar. La relación en clase del alumnado sigue siendo buena. Me llama mucho la atención que ellos y ellas suelen levantarse de vez en cuando para ayudar a otros compañeros/as en el momento que estimen oportuno, es más, yo me aprovecho mucho de esto para que haya una tutorización entre iguales. Suelo coger a los alumnos/as más aventajados y decirles que ayuden a los demás. Considero que es interesante llevar a cabo esta práctica porque favorece un mejor proceso de enseñanza y aprendizaje.

En cuanto a este aspecto me fijé que uno de los más listos de la clase, Marc, suele ser de los más solidarios con el resto de compañeros y compañeras. El muchacho se levanta mucho y ayuda a los demás siempre y cuando tiene permiso del docente.

El diálogo en clase fluye como todos los días. Hay un ambiente relajado, distendido, pacífico, sin mucho alboroto… Los niños y niñas hacen su tarea como siempre y de vez en cuando suben el volumen de voz debido a las distintas circunstancias que se acontecen (mucho murmullo, alguna maestra entra en clase, viene otro alumno de otro curso..). Esto hace que a veces tenga que silenciarles un poco y comentarles que hay que hablar más flojito (me aburre explicar una y otra vez que se tienen que callar o hablar más bajo, pero bueno, ya estoy acostumbrado a ello y no me desquicia nunca; aunque a veces me han entrado ganas de usar la pedagogía del grito jejeje).

Pese a no estar el tutor en clase, el clima se había mantenido muy bien en todo momento, incluso en aquellos momentos en los cuales yo y mi compañera de prácticas estábamos solos. Me sorprendió bastante que guardaran silencio y se comportaran bien en clase cuando estábamos solos. De hecho, yo me senté en la mesa del tutor para ayudar a algunos que tenían problemas con los portátiles y no se formó alboroto ninguno. Todos venían de uno en uno y no había apenas problemas.

Pero claro, hoy observé la conducta de Bridgie (nombre ficticio), una alumna de origen musulmán que tiene un buen rendimiento académico. Durante la realización de una tarea TIC que explicaré posteriormente, su ordenador (y el de los demás) iba muy lento. Esto hacía que Bridgie se frustrara e hiciera incluso amagos de tirar el portátil por la ventana (sí, yo también lo hubiera hecho porque la red Wi-Fi es excesivamente lenta en el centro…). “Profe, ¡esto no funciona! ¿Ves?, jooooo, joooo, puuuuf, fuuuu, fiiuuuu. Lo tirooooooo”, me repitió la alumna reiteradamente. Observé que la frustración no sabía focalizarla bien y la sensación de impotencia que tenía empezó a pagarla con los demás. Alumno que se acercara a ella, alumno que recibía una reprimenda. “Pero es que me están chinchando, ¿no lo ves, profe? Es que como ellos sí pueden usar el ordenador, pues me lo echan en cara”, me comentó cuando le pregunté por qué se discutía con el resto de compañeros/as. Me pregunté por qué Bridgie actuaba de esa manera, por qué se comportaba así con el resto de compañeros/as. Ella me comentó que en casa, cuando le pasa eso, suele pegarle tortazos al monitor. Quizás debería enfocar su agresividad y su ira de otra manera. Esto me lo anoté para pregntarle mañana al tutor por ello.

El tiempo del recreo estuvo movidito. Nuevamente me aventuré a entrar en la pista polideportiva y participar en el baloncesto con mis chicos y chicas de sexto (iluso de mí…). Quería observar las conductas del alumnado de mi curso. Generalmente se relacionan entre ellos/as a través de la práctica del baloncesto y no suelen aceptar a compañeros/as más pequeños, pero sí que interactúan en todo momento con los demás de manera muy cordial.

Sin embargo hoy hubo un altercado en el patio mucho más grave que el día anterior: una pelea. Los de quinto, al ver que yo estaba jugando al baloncesto con los de sexto, fueron a nuestra canasta a interrumpir y molestar jugando también al baloncesto en la misma canasta. Yo me pregunté por qué hacían eso y en seguida lo averigüé: querían llamar mi atención a toda costa. Esto fue tan grave que Raúl se llevó un pelotazo en la cabeza e instantáneamente se cagó en los muertos de Julián (nombre ficticio), alumno de quinto:

-       ¡Hijo de puta, me cago en tus muertos!- Exclamó Raúl.

-       ¿En mis muertos?... ¡Te voy a matar!- Gritó sulfurado Julián.

Rápidamente entraron en una pelea y tuve que separarles mientras daba uso de mi mágico silbato (que siempre me ha echado una mano en este tipo de momentos graves) y nos pusimos a dialogar:

-       A ver, qué ha pasado aquí- les pregunté a ambos chicos en un tono tranquilo y relajado.

-       ¡Pues que se ha cagado en mis muertos!- Julián estaba un tanto nervioso y sofocado, parecía que de un momento a otro le iba a pegar.

-       No haberme pegado un balonazo, no te jode- Respondió Raúl.

Mientras yo seguía mediando, un docente se acercó y me ayudó en la tarea. Yo ya pasé a un segundo plano y comencé a fijarme en cómo el docente trataba de solucionar el conflicto. Primero les preguntaba qué había pasado y trataba que ambos razonaran sobre lo hecho. Luego intentaba que se reconciliaran pero esta vez sin éxito, así que se llevó a Julián a otra parte para hablar con él.

La verdad es que fue una experiencia muy interesante. Este colegio se centra mucho en la resolución de los conflictos y los docentes le dan mucha importancia a la convivencia. También tiene como lema fundamental el uso del diálogo para resolver el problema y vi que el docente lo utilizó mucho, y viendo que no llegó a una solución, incluso se llevó al niño que no aceptó las disculpas para hablar largo y tendido con él.

Con respecto a la metodología, hoy me he emocionado. He vuelto a recuperar la ilusión por ser docente y volver a disfrutar de toda la experiencia que la educación me da día a día en las aulas y en el patio. Jamás pensé que podría volver a pensar así pues las oposiciones son disgustos tras disgustos y reflexiones sobre si verdaderamente valgo o si algún día entrarás ahí (no creo). Es por eso que el docente de EF de este centro está siendo para mí como un rayo de sol y de esperanza que atraviesa violentamente las nubes oscuras del pesimismo. Las conversaciones y experiencias que estoy teniendo con él están haciendo que vuelva a tener pellizcos en el estómago por la alegría y también está haciendo que me vuelva a ilusionar por de ser docente.

No me quiero explayar, procedo a describir lo acontecido hoy en el ámbito metodológico. Como anteriormente comenté, el tutor de sexto estuvo hoy haciendo un curso en el CEP, por lo tanto hoy no ha venido a clase. En su lugar estuvo la primera hora la maestra de inglés, la cual procedió a corregir los ejercicios de matemáticas en la pizarra. Curioseando observé que unos pocos no habían realizado los ejercicios y además veía que respondían muchas veces. Los alumnos/as que no traían hecho los deberes tenían la libreta cerrada e incluso escondida (¡vaya que les pille!) y simulaban que lo habían hecho en el libro.

Me llamó la atención y también me hizo bastante gracia el ver cómo se hacían los suecos mirando a la pizarra digital y repitiendo las respuestas correctas. Pero sinceramente, no sé muy bien por qué no hicieron los ejercicios puesto que el alumnado se puede quedar 45 minutos más después de las dos y hacer sus deberes. ¿No lo habrían entendido? Eso pensé, pero no, lo entendían porque les veía responder correctamente. Entonces, ¿qué pasa aquí? Esto es una cuestión que tendré que preguntar al tutor de la clase mañana.

Tras corregir los ejercicios de raíces cuadradas en voz alta, la maestra les mandó nuevos ejercicios y yo me encargué de darle apoyo a Donovan (nombre ficticio), el cual es un alumno que tiene graves problemas de aprendizaje y tiene una historia detrás espantosa. Su padre está en la cárcel, vive en una casa que no tiene pomo y la aguantan por las noches con una silla, el niño estuvo en Marruecos y luego se vino a España sin estar escolarizado y apenas sabía hablar con 8 años, repitió de curso y un largo etcétera.

Me lo tuve que llevar a un aula de estudios que está justo al lado de la clase de sexto puesto que en clase se entretenía bastante. Dicha aula es muy pequeña y es donde están los materiales de música, inglés y otras fichas. Apenas caben más de 5 personas, pero es un aula ideal para trabajar con el. En dicha aula tuve la oportunidad de observar el proceso de razonamiento matemático de Donovan, que era bastante pobre. Pero no solo eso me llamó la atención sino que también me di cuenta de que el chico está acostumbrado a que se lo hagan absolutamente todo. Observé que los apoyos le han mal acostumbrado y él lo que quiere es que le resuelvan las tareas. “Vaya, chico, te has topado con alguien que no es de ese palo. Yo soy de palo bien duro”, pensé yo. Y sí, yo no soy de los que les dice la solución al alumnado sino que los invita a pensar.

Tras varios intentos el chico cedió y empezó a razonar. Tuve que utilizar un método deductivo para que hallara las potencias al cuadrado. Con esto quiero decir que partí de las tablas de multiplicar, luego cuestionarle de dónde salía un número al cuadrado y cuánto daba la potencia de 2 al cuadrado por ejemplo. A raíz de esto le introduje las raíces cuadradas. Lo entendió perfectamente, pero me costó muy mucho. El chico, como ya dije, tenía bastantes problemas, ¡incluso no se sabía las tablas de multiplicar! “Seis por seis son doce…¡Doce!... ¿Doce? Dímelo tú, profe”.

Me encantó la experiencia. Donovan salió muy motivado y habiendo realizado los ejercicios que tenía que hacer, pero no pudo llegar a los que la maestra había mandado. ¡Qué sensación tan mala! Me quedé un poco impotente, pues este chico necesita muchísimos recursos humanos para salir adelante y yo allí no puedo atender a tantísima diversidad y esto me frustra bastante porque solamente estaré allí dos semanas nada más.

Pasando a otra cosa, tras finalizar con Donovan observé que el docente de EF se dirigía a la clase de quinto, la cual está justo al lado de la de sexto. Rápidamente me colé dicha clase y me sorprendí al ver lo que estaba sucediendo. Mis ojos no se lo podían creer: el docente de EF estaba explicando el BIJBOL, deporte alternativo que introduje en las oposiciones y me lo tacharon de locura. Se me cayó el alma, incluso se me saltaron las lágrimas de la emoción. Es tal la sensación de alegría que no me pude contener y saludé al maestro de EF con una sonrisa de oreja a oreja.

El maestro de EF y yo habíamos hablado ya sobre la introducción del bijbol el ayer. A él le pareció buena idea y hoy quiso probarlo con los de quinto (no me lo esperaba, la verdad).

Durante la explicación del deporte en el aula del alumnado de quinto me dijo que continuara explicando y a mí se me iluminó la cara, el cuerpo, el alma, los órganos, ¡todo!. Allí brillé como en los viejos tiempos, volví a sentir mi vocación y mi pasión. El alumnado se enteró de cómo jugar a este deporte y bajamos al patio para practicarlo. La sonrisa de oreja a oreja que tenía dibujada en mi cara no me la quitaría nadie durante todo el día. Estaba en una nube de la cual no quería que me bajaran.

El desarrollo de este deporte es muy sencillo. Se enfrentan dos equipos de 8 componentes en la pista de balonmano. El móvil es una pelota de pilates de unos 50 cms. de diámetro y se puede golpear con todo, también conducir la pelota con todo. Otro aspecto a destacar es que la pelota no se puede retener en ninguna circunstancia y el área pequeña no se puede pisar por nadie. En fin, no voy a detallar todo el reglamento porque es sumamente largo.

El alumnado practicó el deporte. Yo fui el encargado de arbitrar y llevar a cabo el feedback sobre las reglas de juego, introduciéndolas poco a poco. Observé que el deporte tuvo una gran acogida en el alumnado y que apenas ocurrían incidencias graves. “Es el primer día, normal que aún no dominen el reglamento, pero poco a poco seguro que sí. La verdad es que este deporte me parece muy interesante”, me comentó el docente de EF.

Finalizó la sesión. Luego vinieron los de sexto y el docente de EF aprovechó para enseñarme el golpbol, otro deporte alternativo muy similar al bijbol. Entre charlas y reflexiones conjuntas iba observando el desarrollo del deporte e interviniendo siempre en aquellos conflictos que se pudieran dar. Me llamó la atención que la participación de la clase era total. El golpbol era un deporte atractivo para todos y todas, destruyendo mitos de que las niñas no hacen EF porque es aburrido.

Las últimas dos horas estuvo el alumnado de sexto trabajando un concurso online llamado Consumópolis. Esto es una aplicación web que consiste en una ciudad donde hay diversas pruebas. La organización de los equipos era la misma que tenían en clase, es decir, cada mesa era un grupo y participaban individualmente. Observé que el alumnado tiene mucho interés en el uso de las TIC y que incluso la lectura les parece más atractiva a través de los portátiles.

En definitiva, hoy fue un día fabuloso. Sentí nuevamente ese pellizco que tenía cuando estaba solo en el Prácticum II a la hora de dar las clases. Me he vuelto a sentir docente, algo que no sé si algún día llegaré a serlo porque estoy verdaderamente decepcionado y harto del sistema en todas sus vertientes. Sin embargo gracias a las experiencias que estoy viviendo diariamente en Nuestra Señora de Gracia la flor marchita de mi vocación está renaciendo de nuevo, está volviendo a lucir sus bellos y radiantes pétalos, su aroma vuelve a ser espléndido y gratificante para el sentido del olfato de la ilusión, la curiosidad, la alegría y la educación.

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Día tercero: ¡Menudo día, Principito!

Ya volví al aula de sexto de Primaria del Nuestra Señora de Gracia. La semana pasada estuve en un congreso y no pude asistir durante tres días. Todo estaba como lo dejé: la distribución del alumnado de 5 en 5, los materiales en las estanterías, los portátiles funcionando correctamente, etc. no había pasado nada interesante durante mi ausencia, todo estaba igual.

Hoy me planteé intentar averiguar más sobre la metodología del docente, por qué la hace así y si motiva al alumnado. También quise saber más sobre las relaciones sociales del alumnado de mi clase en el recreo. Por último, me centré en conocer más la problemática del alumno con falta de higiene (Manel).

En el plano social, es decir, en cuanto a las relaciones sociales, me gustaría destacar el problema de Manel. Hoy percibí que persistía su falta de higiene. El muchacho llegó nuevamente con las manos muy sucias, oliendo y con la ropa algo más limpia que la última vez. El tutor de clase me contó que la semana pasada no asistió ningún día a clase, ¿sería por lo que le dijo el lunes pasado? No sé, pero le pregunté al chico por ello y me dijo que estuvo malo.

Durante la hora de matemáticas tuve que darle apoyo y la verdad es que me sentí un poco mal durante el rato que estuve con él. Personalmente no me acerqué mucho porque olía bastante mal y le cogía la libreta para ver si tenía bien los ejercicios. De esta manera no tenía la necesidad de estar muy próximo a él porque el olor era bastante desagradable. No es que tenga un fuerte prejuicio hacia el niño, pues mi trato con él es el mismo que con el resto de compañeros y compañeras de su clase, sin embargo el olor es un problema muy grave y muy desagradable.

Tan grave es el problema que el profesor a primera hora de la mañana al niño sacó de la clase y habló con él el privado. “Yo siempre trato de mantener la intimidad de cada niño/a, por eso hablo en privado con ellos/as. Pero el problema es bastante grave, la verdad”, me comentó el profesor.

Pero no solo nosotros, los docentes que pasábamos horas y horas en clase lo notábamos, sino que también todo aquel docente que entraba en clase hacía un comentario sobre el mal olor. Por ejemplo una tutora de otra clase lo comentó de la siguiente manera: “Uyy, aquí huele demasiado a humanidad. En exceso más bien. Veo que pasa algo grave”, todo ello lo dijo en un tono irónico, pero que mostraba vehementemente su preocupación hacia el problema.

Con respecto al recreo, hoy me llevé una pequeña desilusión. Quise acercarme al grupo de sexto, pues estaban jugando al baloncesto la mayoría de ellos. Fue un error. Los niños y niñas apenas no me dejaban. A pesar de que quería participar en el partido, ellos y ellas solamente estaban obsesionados en decirme cosas, la mayoría tonterías, y en hacer el pamplina delante de mí. La cosa se agravó más por parte de las niñas, las cuales observé que están casi en plena adolescencia y vaya si se nota. Cada dos por tres surgía un conflicto con ellas por culpa de mi presencia a la hora de jugar al baloncesto. “¡Dejadnos en paz!, nosotras jugamos con el profe y vosotros os vais por ahí”, comentó una. Yo me lo tomé un poco mal porque es que ni se podía jugar en otra canasta, ni tampoco se podía estar en la pista. Aquello era una locura si estaba presente, los niños y niñas de mi clase se volvían locos y a mí también me volvían loco, así que decidí no permanecer mucho tiempo en la pista polideportiva.

Atendiendo al ámbito metodológico, hoy el docente introdujo una nueva tarea que me pareció muy interesante. Primeramente el tutor les leyó un capítulo del libro de El Principito, luego explicó las raíces cuadradas y posteriormente el alumnado se puso al lío con ellas. Me llamó mucho la atención este tiempo de clase porque la profesora de Pedagogía Terapéutica estaba dentro del aula con nosotros. Esto quiere decir que ella observaba al alumnado con mayores dificultades de aprendizaje y trataba de analizar su conducta en clase.

 Me gustó bastante la idea puesto que la profesora de Pedagogía normalmente los docentes de PT tienen una clase aparte donde asiste el alumnado con dificultades de aprendizaje, pero en este centro parece ser que no es así. Pienso que para la docente es mucho más enriquecedor actuar dentro del aula con el alumnado con dificultades y que viene mejor para ver en vivo los problemas que presentan el alumnado. Fue una sorpresa muy llamativa y muy positiva.

Durante el apoyo que ofrecí a diversos alumnos y alumnas en los ejercicios de las raíces cuadradas me di cuenta que no hacen un razonamiento matemático bueno, sino que se basan en la aplicación de un patrón mecánico. Esto me llamó la atención porque quise que razonaran el porqué se solucionaba el problema de esa manera y no de otra. Las respuestas que obtenía cuando les preguntaba por qué lo habían hecho así eran muy diversas, pero no me causaron muy buena impresión. Casi todos me decían, por ejemplo, que porque 64 su raíz cuadrada es 8. Nadie me argumentaba en base a los datos del problema. ¿Puede ser que este sea uno de los problemas que tenemos a la hora de enseñar y aprender las matemáticas?

Por otro lado, tras el recreo el tutor decidió que la clase leyera por parejas dos capítulos del libro de El Principito. Entonces cada práctico seleccionamos dos alumnos para sacarlos fuera del aula y realizar la lectura correspondiente, incidiendo en la acentuación, tono, velocidad de lectura, vocabulario y comprensión escrita.

Los primeros dos alumnos que seleccioné fueron Manel (sí, soy así de atrevido, lo sé) y Liza (nombre ficticio). Me los llevé al patio para leer y me equivoqué al haber hecho esto. Rápidamente Manel se volvió loco al ver el patio, aunque luego traté de calmarlo y más o menos pude. Su actitud durante la lectura fue malísima. Tuvo un comportamiento díscolo en todo momento.

La verdad es que me entró cierta impotencia porque el niño tenía una actitud bastante arrogante y burlesca hacia mi persona. Se ponía a realizar beatbox mientras la compañera leía, apenas seguía la lectura y cuando le preguntaba sobre alguna palabra él soltaba alguna tontería. No se tomaba en serio aquello, pero esto no era lo peor. Lo más grave fue que presentaba muchos problemas de lectura: se saltaba líneas, mala entonación en la mayoría de frases, no respetaba pausas, etc. Aparte de lo mal que iba, el niño no mostraba interés.

La conducta de Liza era totalmente distinta. A pesar de ser un poco revoltosa, siempre me guardaba respeto en todo momento y si le mostraba interés hacia su aprendizaje, ella siempre respondía. También tenía ciertos problemas de lectura, aunque algo menores que Manel, pero se esforzaba en corregirlos y en aprender. Liza siempre respondía gratamente a todo el refuerzo positivo que le daba y me respetaba en todo momento. Lo que es más, se motivaba y quería seguir para poder mejorar más.

Tras subir a los dos alumnos en clase, procedí a dar la información al tutor sobre el progreso de la lectura de ambos; Liza la verdad es que mejoraba progresivamente y Manel apenas tenía interés, y eso que ya había repetido una vez sexto. No sé por qué se comporta así en clase, no está en absoluto motivado y encima tiene muchos problemas de aprendizaje. ¿Qué será de Manel el día de mañana? Eso me pregunté muchas veces.

Posteriormente bajé al recreo a Marc (nombre ficticio) y a Marlene (nombre ficticio), los cuales eran alumnos sin ningún problema de aprendizaje. Ambos realizaron la tarea muy bien y me di cuenta de que tenían una buena comprensión lectora. Por otra parte, a Marc le dejé que se tumbara y reposara su cabeza en mi brazo mientras leía. Yo soy una persona que no suelo regañar o pegar gritos al alumnado y cuando me demuestran que trabajan, no me suelo meter con el método de trabajo que ellos emplean.

Esto último fue algo que me hizo reflexionar bastante. ¿Debería ser más estricto? ¿No debería ser tan “permisivo”? ¿Tengo que establecer bien claro unos límites de relación con el alumnado? Bien es cierto que en clase soy serio en muchos momentos, pero por ejemplo, mi compañera de prácticas cuando ve a un alumno distraído, rápidamente le llama la atención. Yo suelo ser más paciente y no usar tanto la amenaza, pero esto me preocupa un poco porque creo que debería ser más “poli malo” para procurar que no se produzca ningún libertinaje o un exceso de confianza. De esta manera Manel no se me hubiese subido por las ramas (aunque creo que hubiese pasado lo mismo).

Al finalizar la clase el tutor comentó que mañana regresará una alumna. “Estuvo aquí hace dos o tres años pero se fue”, me comentó un alumno al preguntarle sobre ella. Posiblemente mañana tenga un día movidito en todos sus aspectos, ¡una alumna nueva nos espera!

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Día segundo en Nuestra Señora: ¡Que viva el huerto escolar!

Hoy el día ha sido algo más tranquilo que el de ayer. Pero con esta tranquilidad no me refiero al centro sino a la adaptación que estoy sufriendo en el mismo. De hecho, el centro tiene una dinámica bastante activa durante las 5 horas de clase. ¡Se pasan voladas!

Con respecto a lo vivenciado hoy en el ámbito social, me he querido centrar en la problemática de la higiene, en el problema de un nuevo chico y en el desarrollo de las relaciones sociales tanto del alumnado de mi clase como en el resto. Esta vez he estado un buen rato jugando en el recreo con el objetivo de sacar información sobre todo lo que acontece allí.

Para empezar, hoy llegaron dos niños demasiado tarde. De hecho, una alumna de la clase llegó diez minutos tarde y fue castigada con servicio comunitario. Sin embargo, el chico que tenía problemas de higiene, Manel, no asistió al centro. Esto me hizo pensar muchísimas cosas: que quizás ayer se sintió aludido cuando el profesor echó la reprimenda sobre la higiene, que a lo mejor le dio vergüenza y no quiso venir, etc.

Tras la primera hora de clase, me puse a preguntarle al resto de compañeros/as por Manel. “Oye, ¿sabéis dónde está Manel? ¿Está malo o qué?”. Todo el alumnado me respondió que no sabían nada de él. Este chico es repetidor y parece ser que de etnia gitana. Puede ser que tenga una familia desestructurada y por eso tenga este tipo de problemas; al menos eso me dijo el tutor. La verdad es que me quedé con las ganas de saber más y de conocer un poco más sobre el chico. Sinceramente creo que es un tema un poco peliagudo porque sería adentrarse en la intimidad de un chico que a lo mejor puede que tenga mucho complejo al tener una familia desectructurada.

Por otro lado,  hoy conocí más de lleno a un niño de esta clase de sexto. Su nombre ficticio es Raúl. El tutor de la clase me asignó a este chico para ofrecerle apoyo en las tareas de matemáticas. Lo que trabajé con él luego lo comentaré porque ahora voy a hablar sobre el aspecto social del niño.

Sin duda alguna estuve ante un chico con graves problemas de autoestima y como me dijo el tutor “se bloquea completamente ante un problema planteado. Además, el chaval tiene un complejo de inferioridad importante, no quiere compararse con los demás compañeros/as”. Pues a medida que fui tomando contacto con el chaval y ver cómo se negaba a hacer la tarea, me fui sintiendo algo frustrado porque era imposible trabajar.

Aún así nunca me desesperé. Lo que más gracia me hizo en ese momento es que yo nunca perdí la calma con el chaval y una alumna me comentó que era demasiado paciente, por qué era así con el chaval. “Hombre, soy paciente porque soy maestro. Es algo natural, ¿no?” le contesté yo. La chica se quedó un poco impresionada porque decía que el profesor y una chica de la obra social de la Caixa pierden la paciencia con el muchacho en seguida.

La verdad es que es normal perder la paciencia con ese chaval. El chico, a la hora de hacer las actividades se delimitaba a escribir en unos folios la palabra NO con letras grandes. “Yo N-O, S-É. NO SÉ HACERLO. NO, NO, NO, NO SÉ. ES MUY DIFÍCIL PARA MÍ. NO, NO, NO” estas palabras tan pesimistas incluso me deprimían a mí mismo. Más que desesperarme (que también) me sentía muy frustrado. Me preguntaba muchas veces qué podía hacer con el chico.

Menos mal que tengo paciencia y tengo conocimientos los cuales aplicar. Durante el apoyo que recibió por mi parte el muchacho, en todo momento le proporcioné feedback positivo. “Que tú puedes. ¿Cómo no vas a poder si antes lo dijiste bien? Si te equivocas no te voy a decir nada, estamos aquí para aprender. Mírame, yo también me equivoco, y diariamente eh. ¡Muy bien! ¿Ves como puedes?”. Tras estar así cuarenta y cinco minutos, el niño cedió algo y empezó a realizar la tarea.

 

Nunca antes me había enfrentado a un problema de autoestima tan bajo. La verdad es que ha sido una experiencia muy intensa aunque parezca que no. No me perdí en todo momento porque ya había leído cosas sobre la autoestima y bueno, yo también la he tenido a veces un poco baja por problemas de presión de exámenes y eso. Así que sí sabía qué poder hacer y veo que al menos funcionó en todo momento.

Ya en la hora del recreo estuve observando muchísimas cosas. Me quise centrar en el proceso de socialización del alumnado del centro. Observé que es un proceso normal, es decir, los críos de primero y segundo se juntan entre ellos a la hora de jugar, los de segundo igual y los de tercer ciclo igual. La verdad es que no observé ningún aspecto relevante que me hiciera reflexionar, ni tampoco centrar mi atención en ello.

Sin embargo, hoy conocí en el patio a un muchacho de primero de ESO de un instituto y antiguo alumno del centro. El chaval estaba ahí porque estaba de huelga y quiso visitar a sus antiguos profesores/as. Esto me hizo recordar mis tiempos de estudiante. La verdad es que yo casi nunca fui a visitar a mis profesores. ¿Por qué? Porque tampoco guardaba muy buen recuerdo a muchos de ellos. Sinceramente, no me marcaron tanto como para ir a visitarles, solo algunos pocos. El chico me comentó que él había venido para saludar a sus profesores y que los echaba mucho de menos. La verdad es que fue un acto muy emotivo por su parte. Me gustó y me llamó bastante la atención.

Ya hablando sobre la metodología, me gustaría destacar que hoy dieron un poco de matemáticas, prosiguieron con el trabajo de lenguaje, unos cuantos se llevaron a los de quinto al huerto a plantar y también dieron una sesión de Educación Física.

Con respecto a las matemáticas, estuvieron repasando las potencias en la pizarra digital y corrigiendo algunos ejercicios. Tras realizar esto, el alumnado se puso a hacer nuevos ejercicios y yo me encargué de Raúl. En general la clase había realizado correctamente los ejercicios y vi que sí, que no iban nada mal. Por otra parte, el problema de Raúl es que no había hecho los ejercicios ni tampoco los entendía, por lo tanto, tenía que volver a explicarle qué es una potencia y ayudarle a realizarlas correctamente.

Cuando estaba sentado junto a él observé que estaba muy desmotivado. Apenas tenía interés por prestar atención, no copiaba, tampoco miraba al libro cuando se le pedía. Estaba ante un caso extraño. Nada más empezar a hacer los ejercicios vi que el chico apenas tenía mucha idea. Le estuve ayudando en todo momento y animándole para que lo hiciera bien.

En lenguaje se pasaron todo el rato corrigiendo el resumen de la noticia que habían realizado el día anterior. Lo que me llamó la atención fue que no se corregía de manera colectiva o de uno en uno en público sino que yo, mi compañera de prácticas y el tutor de clase íbamos uno por uno a ayudarles a corregir lo que habían realizado.

Yo el proceso de corrección que llevé a cabo era aquel en el que el alumnado tenía que pensar sobre sus errores. El objetivo era que ellos detectaran el error, averiguasen por qué estaba mal y luego corregirlo, proporcionándoles yo un feeback sobre la tarea. La verdad es que con todos los alumnos y alumnas que estuve haciendo esto fue genial.

Esta tarea me vino muy bien para poder practicar el método por indagación, como así lo llamo yo. Resulta muy productivo para el alumnado porque mejora su capacidad de aprendizaje, desarrollando la competencia de autonomía e iniciativa personal y también la de aprender a aprender.

Antes del recreo se fueron a Educación Física. Allí conocí al docente de esta especialidad, que fue la que estudié y más pasión siento por ella. Estuve haciéndole unas cuantas preguntas sobre su metodología, la cual estaba basada en deportes alternativos y el uso de materiales reciclabes. Me llamó mucho la atención porque básicamente mi programación en esta área se centra en lo mismo, así que compartía muchísimas ideas con el docente de Educación Física.

Sinceramente, me emocioné al conocer que alguien tenía la misma pasión y gustos que yo con respecto al área de Educación Física. Pero lo que más me llamó la atención es que, al ser una clase en teoría conflictiva se comportaban bastante bien. Apenas había conflictos y la participación en clase era buena.

Durante mi charla con el docente de Educación Física me llamó mucho la atención su concepción sobre la educación. “La verdad es que muchos de los que entran en la docencia se acomodan muy pronto. Desgraciadamente esto hace que gente nueva, pero con ideas muy buenas, no saquen plaza y sus ideas podrían haber sido muy enriquecedoras para la educación”. Cuando me comentó aquello me sentí totalmente identificado ya que he hecho dos veces las oposiciones y en la segunda me tacharon casi de loco por proponer una actividad algo más innovadora. “La educación hay que sentirla y amarla. Lo que no puede ser es que las aulas sean como islas. Tampoco puede ser que se aplique una educación de hace 50 años, ¿a ti te gustaría que te aplicaran la medicina de hace 50 años?” Sinceramente, sus palabras me conmovieron bastante y me sentí totalmente identificado con la práctica docente de este maestro. Eso sí, me quedo con el momento en el que un niño de primero llegó al patio y ambos se fundieron en un abrazo. En ese mismo momento me dijo que a él de pequeño le hubiese gustado que algún profe le hubiese abrazo a él también.

Ya por último me gustaría destacar que hoy también fuimos al huerto. Esta vez fui yo solo con el alumnado y bueno, a pesar de que no tenía mucha idea de dónde se colocaban las lechugas malagueñas creo que la pusimos bien. La rutina de plantar plantas fue igual que el día anterior. La verdad es que esto es un proceso dinámico, que rompe mucho con la rutina diaria de clase y hacen que los niños desconecten un poco y hagan algo más entretenido echándole una mano a sus compañeros y compañeras a la hora de plantar en el huerto.

A modo de conclusiones finales del día, me gustaría decir que voy conociendo más y más la rutina del colegio y ya puedo ir intervenir mucho más. Gracias a la observación de las tareas, la evaluación a través de la observación, el diálogo con el alumnado, la participación con el alumnado en los juegos del recreo, etc. estoy integrándome muy bien y eso me hará que me gane la confianza y el respeto del alumnado. Espero que así sea y que la semana que viene pueda intervenir aún más. Mañana, pasado mañana y el viernes no podré asistir porque tengo un Congreso Internacional de las TIC’s en la UMA. Seguramente eche de menos el centro, pero bueno, ya volveré.  

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Día primero en Nuestra Señora: La primera toma de contacto

Hoy hemos empezado las prácticas en el centro. Estoy junto con 3 compañeros míos del Máster: Diego, Irene y Nuria. Al centro llegué en bici y en lo primero que estaba pensando desde las 8 de la mañana era que iba a tener problemas al introducirla dentro del centro. De hecho, durante el camino estaba pensando en dónde dejarla si el conserje del colegio me dijese que no. 

Pues bien, la verdad es que el conserje se comportó muy bien y me dejó entrar con la bici, dejándola justamente en un almacén cerca de la puerta de entrada. ¿Y por qué relato esto? Pues porque evidentemente me ha llamado mucho la atención. La facilidad con la que he entrado en el centro con la bici y la he dejado en un almacén me ha sorprendido bastante. En el Practicum II de Magisterio también iba en bici y se formó un follón por lo mismo. La directora me regañó una vez por haberla dejado fuera del recinto y también me ponía malas caras cuando me marchaba en bici. Es por ello que este fue el primer aspecto me que llamó tanto la atención: la simpatía y predisposición con la que me trató el conserje.

El centro es bastante pequeño ya que está situado en un barrio con muchos edificios y tan solo cuenta con un pequeño patio. Se puede deducir que tiene muchos años y que las instalaciones ya están algo desfasadas. Sin embargo está todo en muy buenas condiciones. Además, cabe destacar que habrá alrededor de unos 150 alumnos/as. Esto quiere decir que tan solo cuentan con una línea desde primero de Infantil hasta sexto de Primaria. El interior del centro es un más de lo mismo, las instalaciones parecen estar en buenas condiciones, cuenta con un SUM, varios almacenes y las aulas correspondientes para cada clase.

Lo que más me llamó de las aulas es que todas tenían el nombre de un artista, ya que allí se iba a celebrar una decoración en base al artista asignado a cada aula. Esto lo iré detallando a medida que vaya transcurriendo las prácticas.

Tras esperar un rato en la puerta de dirección, el equipo directivo se nos presentó y nos hablaron sobre el rol que íbamos a ejercer durante nuestra estancia en el centro. La directora nos asignó a cada uno un ciclo: a Irene Infantil, Nuria primer ciclo, Diego segundo ciclo y a mí el tercer ciclo. Y luego llegó la hora de conocer a nuestros alumnos/as. Tras dejar a Irene, Nuria y Diego en un aula, la jefa de estudios me dejó en sexto de Primaria.

Lo primero que me llamó la atención nada más entrar fue el desagradable olor que había en clase. No es que es que estuviese molesto por ello porque comprendía que el alumnado venía de familias desesctructuradas y barrios marginales, sin embargo sí que estaba muy interesado en conocer el porqué de ese olor. Por lo tanto esto un aspecto fundamental que quería conocer a lo largo de la mañana.

Lo segundo que me llamó la atención fue el comportamiento del alumnado. Estos son un total de 20. Me esperaba un clima de aula mucho más conflictivo, pero el alumnado permaneció sentado y atendiendo en todo momento a las tareas que el docente proponía. Normalmente me han vendido que en centros de este tipo, pese a ser pionero en trabajo por proyectos e iniciándose en comunidad de aprendizaje, suele haber algún alumno/a que otro que se subleva o se comporta bastante mal. Pero todo lo contrario, esta clase parece tener un comportamiento normal y acorde a su edad, con sus aspectos negativos y positivos, claro está. De hecho parece que es una clase muy participativa y están abiertos a conocer nuevas personas. Este último aspecto sí que me llamó mucho la atención porque en las prácticas de Pedagogía y en el Prácticum II de magisterio, en los centros que yo estuve el alumnado no tenía mucho interés por conocerme, salvo algunas clases que eran la excepción. 

Yo siempre he considerado fundamental intentar ganarme al alumnado desde el primer momento. Esto quiere decir que siempre intento conocerlos y preguntarles por sus nombres en todo momento, de esta manera ellos y ellas me van conociendo y yo también a ellos/as. La verdad es que el resultado esta mañana ha sido positivo y más o menos me voy quedando con los nombres.

En cuanto a las dimensiones de la clase es mediana, además, cuenta con todo el material necesario, incluso una pizarra Promethean y ultraportátiles para cada alumno/a. Por otro lado, en ese aula no estoy solo sino que hay una compañera de grado de Primaria y está allí participando en todo momento. Con respecto a la organización del espacio, cabe destacar que el alumnado está en mesas agrupadas de cinco en cinco, así que comparten pupitre entre ellos y ellas. Por lo tanto, hay 4 grandes grupos y están todos mezclados. El tutor de esta clase es un docente ya mayor, pero con muchas ganas por enseñar. Durante una charla que tuve con el en un descanso, me llamó la atención su manera de pensar. “Aquí en este centro si tengo que renunciar a parte de mi ideario para llevar a cabo un proyecto en colaboración con los demás docente, yo renunciaré a parte de ello”, de hecho esto me sorprendió bastante porque no estoy acostumbrado a que un docente me diga esto sino todo lo contrario.

La verdad es que esa fuerza de unión que tiene el equipo docente del centro es maravillosa. Me hizo pensar que la docencia se siente y se vive y que esto no suele pasar en muchos docentes que trabajan en las escuelas.Con respecto a los docentes del centro también me llamó la atención que estuvieran muchos en el patio en la hora del recreo. Me resultó muy curioso porque normalmente los docentes se quedan en la sala de profesores y de ahí no salen. Es como si fuese aquello su guarida personal, cosa que me parece un grave error. Yo siempre he sido de la opinión de que hay que salir a que te dé el aire un poco y ver qué hacen tus alumnos y alumnas en el recreo ya que es una gran fuente de información inconmensurable. Pregunté sobre este aspecto al tutor que me han asignado y me comentó que normalmente suelen estar muchos de los docentes en el patio, que es algo normal y que es bueno mirar lo que hace cada alumno/a con los demás.

Tras el recreo estuve analizando el origen del mal olor en clase. Observé que todos los alumnos y alumnas portaban un pañuelito con colonia y se lo llevaban mucho a la cara. “¿Para qué usáis tanto los pañuelitos?”, le pregunté a un chico; “lo usamos mucho porque huele muy mal la clase. Esto no es normal”. Vi que había un problema de higiene en determinados alumnos y alumnas que podría llegar a ser preocupante. No me sorprendió en absoluto porque sabía que el barrio de donde procedían muchos alumnos/as es marginal y la falta de higiene es un problema.

Así que quise detectar cuáles eran aquellos alumnos/as que tenían falta de higiene. Cuando estaba dando vueltas por la clase olfateando y detectando a los niños/as con problemas de higiene el docente se quejó por el hedor anunciando que mañana no entraría aquel niño o niña que no se cambiara de ropa.

Pues realizando una tarea con uno de ellos me di cuenta de que él era el que más hedor desprendía. La verdad que cuando vi la falta de higiene en sus manos, su cara y su ropa, me causó muchísima conmoción. Me sentí bastante mal por el problema que tiene que haber detrás de su falta de higiene. Su nombre ficticio es Manel. Él es un chico que parece estar bien integrado con el resto de sus compañeros y compañeras, pero que a veces se comporta un poco mal. Seguramente siga su conducta con el resto de compañeros/as en las dos semanas de prácticas que esté allí.

Y ya por último, atendiendo a la metodología, voy a empezar a describir el proceso de enseñanza que ha llevado a cabo el docente en este primer día, además de aquellas connotaciones que él mismo me ha ido aportando. Para empezar cabe destacar que él es el coordinador TIC del centro, por lo tanto, el uso de las TIC en el aula parece una pieza clave. Asimismo, la primera tarea que el alumnado realizó fue la de seleccionar una serie de noticias del Diario Sur y luego votar por una de ellas. ¿Para qué esto? Pues para la siguiente tarea que iban a realizar: hacer un resumen de la noticia con sus ultraportátiles. Gracias a estas dos tareas el alumnado trabajaba la comprensión lectora y la escrita de una manera mucho más dinámica e interactiva.

Esta tarea se llevó a cabo a lo largo de toda la mañana. Yo fui interviniendo poco a poco, comentando algunos aspectos de las noticias y dándoles consejos. En el momento del trabajo individual, se me asignó a Manel, al cual fui ayudando para hacer el resumen en su ordenador. Previo a esto quise evaluar la gramática de clase. Para ello me fui acercando uno por uno para comprobar cómo habían escrito el guión que ellos/as habían confeccionado con el docente. Me llamó la atención que escribiesen la palabra guión sin la U intercalada. ¿Estaría ante un problema de escritura en muchos niños y niñas de la clase?

Durante el tiempo que estuve con Manel vi que el muchacho tenía graves problemas de entendimiento, escritura y autoestima. “Es que no me acuerdo de nada, yo no sé si esto lo sabré hacer. Se me olvida todo. Lo dejo ya… estoy cansado” repitió varias veces. Yo traté de darle feedback todo lo que pude, e incluso modifiqué y adapté la tarea que se estaba realizando. En vez de realizar el resumen, Manel tuvo que leerse de nuevo la noticia, explicármela oralmente y luego comenzar a redactar los 3 párrafos que tenía que hacer. La verdad es que le llevó muchísimo tiempo y tuve que revisarle muchas veces su ortografía y gramática. Sin duda alguna tenía problemas de comprensión lingüística y tuve que esforzándome haciendo que él me explicara una y otra vez qué había puesto.

Lo que más me llamó la atención del caso es que por ejemplo, el chico escribía “la niña fue agredida por familia rival” y al leerlo sí que decía el artículo que faltaba (una). Esto me llamó mucho la atención y tuve que hacer especia hincapié en ello. Pero no solamente le pasaba a él, sino que a otros compañeros/as suyos también.

También durante un momento determinado de la mañana, el alumnado tuvo que ir de tres en tres a las aulas de cursos inferiores para recoger a tres compañeros/as y llevarlos al huerto a plantar. Esto servía para tomar conciencia del medioambiente y responsabilizarse sobre el uso del huerto escolar. Sin duda alguna me parecía una actividad muy enriquecedora. No solo enriquecedora sino que también unía mucho al alumnado del centro.

Sin duda alguna las impresiones que me llevo en este primer día son muy positivas. No estoy acostumbrado al recibimiento tan bueno que he tenido por parte del alumnado, equipo docente y el tutor. La verdad es que uno está tan desencantado con la educación y con todo lo que se mueve que esto parece una gotita de alegría y felicidad para mí. Además, esta forma de trabajar tan dinámica y atractiva me parece mucho más divertida para un docente. Espero seguir aprendiendo más.

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Módulo Prácticas: Practicando es como se innova

Aquí voy a subir las reflexiones diarias de lo que estoy haciendo en el periodo de prácticas, así como las observaciones y datos más relevantes que haya conseguido recapitular. Para ello me voy a centrar un apartado descriptivo, en otro de relaciones sociales y en otro sobre la metodología. En todos ellos iré reflexionando sobre lo que más me ha llamado la atención. El primer día lo haré más homogéneo por ser una sesión mayoritariamente descriptiva. 

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Como no tengo cámara pondré algunas fotos que he encontrado...

Comentarios

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Encarnacion Soto Gómez
02 noviembre 2013, 2:00

Hola  Manuel, ya he podido leer tu diario. Enhorabuena! Veo que te hs implicado profundamente en el aula donde estás, con los chavales y las actividades y por supuesto con la EF, que tanto te apasiona. En relación al diario he de felicitarte también, porque es muy completo y detallado, te cuestionas con todo e intentas pensar en otras posibilidades, que eso es fundamental. El registro descriptivo es muy abundante y eso ayuda a comprender lo que ocurre,  e intentas preguntarte con frecuencia por la naturaleza de las situaciones que vives. Veo que la mayoría de las actividades que se han desarrollado hasta ahora en el aula de 6º son actividades aisladas, de matemáticas o de lengua, algunas algo más creativas, o al menos relacionadas con la realidad, al realizar las búsquedas en los periódicos... me ha llamado la atención que al principios ponías que este colegio era un referente en el trabajo por proyectos.., teniendo como referencia tu aula, qué opinas? crees que podrías ser de otra manera? registro crítico..., si fuera de otra manera, como te lo imaginas? crees que se implicarían más los alumnos y alumnas? esto te ayudará para ir pensando posibilidades de mejora de cara a las sugerencias de la propuesta final del Módulo de Proceso.

Quizás lo interesante de este periodo es intentar hacer un retrato del aula de 6º siguiendo la EAT y la EPS para ver como encaja con la filosofía del proyecto de centro del Gracia. Os colgaré algunos artículos, que igual ya has encontrado o te han dado en el colegio, para que te ayude a contextualizar. De los ejes del colegio cual te ha quedado más claro? cual has podido vivenciar en tu estancia... Qué tipo de metodología crees que sigue el maestro con el que estás? y la evaluación? sabes como la desarrolla? y los recursos? usan libro de texto? hay clases que percibas que a los crios se les pasa más rápido, están más implicados? si es así, que características tienen estas clases? cuando el maestro te decía al principio que el podía dejar a un lado su ideología por el proyecto del colegio, te comentó algo sobre esta ideología? tanto la del colegio como la suya propia, para intentar conocer que principios podrían ser coincidentes y cuáles no? y por qué?

El colegio durante bastante tiempo trabajó muy en contacto con los servicios sociales y la educadora social acudía al centro con frecuencia, el tema de Manel, supongo que lo están trabajando de forma conjunta? Le preguntaste al chaval de 1º de ESO como había percibido el cambio al instituto?

Bueno Manuel, algunas preguntas que se me ocurren pueden ayudarte a recoger algo más de información para conocer la experiencia. No tengo mucho más que sugerirte sino que intentes empaparte estos dias que te quedan al máximo de la experiencia y de como se desarrolla y gestiona, pero estás haciendo un diario estupendo, claro detallado y equilibrado, enhorabuena por tu compromiso y responsabilidad. Cualquier duda o cuestión estoy a tu disposición. 

Saludos. Encarna

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Manuel
02 noviembre 2013, 2:10

Muchísimas gracias por el feedback, Encarna. Pues sí, esas preguntas también han estado rondado por mi cabeza. Pero como que me quedan 4 días, intentaré sacar información de todos los aspectos que me has detallado. Espero mejorar y nutrirme lo máximo que pueda puesto que me está resultando una experiencia muy enriquecedora.

Por cierto, ¿qué es la EAT y la EPS? Te pregunto también por correo vaya que esto no te llegue.

 

Nuevamente, mil gracias.

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