Rumbo a Freeland en Profile View - Portafolio docente de Campus Virtual UMA

La escuela de la vida /
Rumbo a Freeland

Martes, 15 de Octubre

 

Desde hace días tengo una cierta desazón interna. Una desazón que surge a partir de una sensación de impotencia y frustración ante la perpeción de mi propia incapacidad para asimilar e integrar la gran cantidad de información y nuevas ideas que en cuestión de dos semanas han entrado en contacto con mi ser a través de este máster: Lecturas, debates, situaciones, tareas...

Muchas ideas, muchas...; algunas de las cuáles son las estrellas de este universo conceptual, alredor de las cuáles danzan en una hermosa melodía compuesta a partes iguales por caos y armonía.

Incapacidad para poder transcribir en mi portafolio toda la cantidad de reflexiones, ideas, apuntes, que orbitan a mi alrededor, y dentro de mí...

Incapacidad para ahondar en profundidad en cada una de ellas, y extraer las consecuencias de cada una de ellas, comprendiendo así cómo se trasladan a la práctica de una manera coherente.

Incapacidad para comprender la complejidad de un sistema holístico de conceptos interdependientes y realidades dinámicas.

Incapacidad para acceder desde mi relativa ignorancia a la comprensión tan profunda y compleja que tiene profesorado de este máster...

ADEMÁS, esa sensación de incapacidad se une a un defecto patológico que he sido capaz de pescar en mi actuación. Me refiero a un componente de esa "gestalt" de la que habla Ángel, que rige mi manera de percibir y actuar.

"La sucesión de asociaciones de estímulos externos, organizados en función del espacio cultural de la comunidad, y su vinculación con las necesidades e intereses del individuo, así como de las reacciones emocionales que provocan, van formando en cada individuo, esquemas, mapas mentales de interpretación y reacción, que se constituyen en las plataformas básicas que rigen las siguientes interpretaciones y reacciones. Tales plataformas provisionales cargadas de cognición y emoción potencian tanto como limitan las posibilidades futuras del individuo humano.
Estas plataformas, denominadas Gestalt, por KORTHAGEN, o Habitus por BOURDIEU, constituyen los esquemas intuitivos de interpretación y acción del sujeto, y acaban consolidándose como creencias básicas y convicciones que no cuestionamos, factores permanentes de organización, filtros de la nueva información y de las nuevas experiencias. Son evidentemente necesarios y útiles para gestionar el comportamiento pero sin duda condicionan, filtran y sesgan todas las futuras experiencias y encuentros, sin que los percibamos como tales. Del mismo modo que el ojo no puede verse a sí mismo y que el pez no ve el agua, nuestros anclajes y marcos cognitivos de interpretación más básicos y primitivos escapan a nuestra conciencia.
Ahora bien, el proceso no tiene necesariamente que ser determinista. Desde el esquema intuitivo que rige la Gestalt, mediante la reflexión, el contraste detenido y sistemático con nuevas informaciones y experiencias, puede ir construyéndose un esquema más reflexivo y más informado.
(Gómez, 2012, capítulo 3, sección 3.5)

 Pues bien, hablo de mi tendencia a autoflagelarme, desvalorizarme y castigarme, en el momento en que no soy capaz de cumplir las metas irracionales que yo mismo me impongo (irracionales en tanto que son metas demasiado ambiciosas, o poco realistas).

“Una elevada autoexigencia producirá estándares de funcionamiento altos y rígidos. Sin embargo, si bien es importante mantener niveles de exigencia personal relativa o moderadamente altos para ser competentes, el "corto circuito" se produce cuando estos niveles son irracionales, demasiado altos e inalcanzables. La idea irracional de que debo destacarme en casi todo lo que hago, debo ser el mejor a toda costa y que no debo equivocarme, son imperativos que llegan a volverse insoportables. Colocar de manera absoluta la felicidad en las metas, es sacarla de tu dominio personal. […] Las personas que hacen del éxito un valor, que son extremadamente competitivas y manejan estándares rígidos de ejecución, viajan mal. Se han montado en el vagón equivocado. Quizás la felicidad no esté en ser el mejor vendedor, la mejor mamá, o el mejor hijo, sino en intentarlo de manera honesta y tranquila, disfrutando mientras se transita hacia la meta. Un nivel exagerado de auto-exigencia genera patrones estrictos de auto-evaluación. Si posees criterios estrictos para auto-evaluarte, siempre tendrás la sensación de insuficiencia. Tu organismo comenzará a segregar más adrenalina de lo normal y la ansiedad interferirá con el rendimiento necesario para alcanzar las metas. Entrarás al círculo vicioso de los que aspiran cada día más y tienen cada día menos. Esta secuencia autodestructiva puede verse mejor en la siguiente gráfica: […] Los estándares irracionales harán que tu conducta nunca sea suficiente. Pese a tus esfuerzos, las metas serán inalcanzables. Al sentirte incapaz, tu auto-evaluación será negativa. Este sentimiento de ineficacia y la imposibilidad de controlar la situación, te producirán estrés y ansiedad, los que a su vez afectarán tu rendimiento alejándote cada vez más de las metas.”
(Riso, 2003)

Sin embargo, me encuentro en un proceso de toma de conciencia y transformación, y, ¿acaso no es precisamente eso la esencia de la Educación?

Hablo de ser capaz de reconstruir de manera consciente y reflexiva todo ese entramado de creencias, emociones, habilidades, actitudes...; que componen mis sistemas de interpretación y actuación.

En ese proceso de indagación, reflexión y construcción, decido conscientemente (entendiendo que la conciencia no es un ente aséptico y neutro reducido a la concepción del pensamiento cartesiana, sino un complejo sistema de emociones, vivencias, interpretaciones, conciencias, que forma un todo con elementos más inconscienets); llevar a la coherencia las ideas que más resuenan en mi interior dentro de todo ese cosmos del que hablaba antes.

Hablo de coherencia, es decir, de ser capaz de aprehender, no ya conceptualmente, sino desde mi propia experiencia (en una interacción dialógica entre teoría y vivencia); las ideas pedagógicas que voy sintiendo como deseables para mi criterio.

¿Cómo voy a pretender defender, construir y promover una educación basada en la visión global y holística del ser humano, en la libertad y autonomía, en el disfrute, en la cooperación, en la profundización; si en mi propia formación vivo desde el estrés, la preocupación por la calificación, el sentimiento de impotencia, etcétera?

Así pues, decido intentar ser más coherente, para así, desde una manera vivencial (tal y como propone el enactivismo), ir asimilando con todo mi ser todo este conjunto de ideas, teorías y prácticas; que calan en lo más hondo con mi ser.

Eso parte, entre otras cosas, de escribir sobre lo que siento, pienso y apetece; más que autoflagelarme autoritariamente con la autoimposición de tareas que no puedo ni quiero abarcar. POR CIERTO QUE UNA IDEA DE TFM SERÍA ESTUDIAR COMO VOY SIENDO CAPAZ DE INTEGRAR EN MI PRÁCTICA, EN MIS GESTALT, AQUELLAS IDEAS QUE ME PARECEN MÁS RELEVANTES DE LAS QUE VAMOS ESTUDIANDO.

Así pues, decido darle un nuevo enfoque a las entradas de mi diario, para que en ellas tengan cabida la espontáneaidad, el sentimiento concreto del presente, y desde ahí, ir narrando las vivencias, apuntes, conocimiento, poco a poco. Sin presiones.

Quiero aprender desde el disfrute, desde la sensación de libertad y realización de mi proyecto personal y enriquecimiento de mi persona. Sin quitar la disciplina y el compromiso fuertes; que en conjunción con los anteriores elementos, darán pie a una conjución orgásmicamente pedagógica.

Doy comienzo a una serie de reflexiones, a pequeños artículos a través de los cuáles ir expresando mis sentimientos, reflexiones y aprendizajes. Sin prisas, sin estrés. Con disfrute, calma, esponténaidad, creatividad y libertad.

Este cambio se lo debo en parte a Carla, a la cual manifiesto mi agradecimiento, porque a través de sus entradas, he comprendido que este enfoque a la hora de expresar mis vivencias  puede ser mucho más liberador para mí y enriquecedor para el portafolios. Gracias Carla, por tu frescura y originalidad.

Este último hecho, me "demuestra" que efectivamente, aprendemos, crecemos y construimos nuestra identidad en interacción dinámica y simbólica con las personas y el contexto.

Bibliografía

 · Gómez, Á. I. P. (2012). Educarse en la era digital. Ediciones Morata, S.L.

· Riso, W. (2003). Aprendiendo a quererse a sí mismo. Editorial Norma.

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Comentarios

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Carla Wangsa Tumundo
20 octubre 2013, 12:41

Oh, Adrián. Andaba con leyendo con interés tus entradas, porque me parece que aportan mucho, y me encuentro con sorpresa y agrado mi nombre en el penúltimo párrafo.

En primer lugar, muchas gracias por las palabras que me dedicas. Realmente suponen un gran halago y me alegra haberte servido de ayuda. Y en segundo lugar, fíjate qué cosas, estaba yo pensando en ampliar mis aportaciones a mi diario desde un enfoque con más contenido especializado. Masticando, digiriendo conceptos y aunándolos con aportaciones propias. Como lo haces tú, pero con mi estilo y a mi ritmo. Porque, realmente sí que hago eso, pero me lo quedo para mí, y en ocasiones temo que quizás algún profesor pudiera pensar que no profundizo bastante.

Un equilibrio entre los dos quizás sería lo ideal.

Ergo, tu última frase es cierta.

Un beso.

1 comentario