Frustración, aprendizaje y resiliencia en Profile View - Portafolio docente de Campus Virtual UMA

La escuela de la vida /
Frustración, aprendizaje y resiliencia

Martes, 15 de Octubre

Me siento frustrado. Después de escribir más de dos páginas en las que precisamente me desahogaba sobre mis sentimientos relacionados con el máster, de pronto, coge el procesador y se me cierra...

Vaya, que momento más oportuno.

Y ahí está un gran aprendizaje de la vida, que no es la primera vez que lo encuentro: Cuando algo en lo que has invertido tu tiempo y energía, de pronto se borra y se va al carajo, dejándote con cara de estúpido: Resignate, y vuelve a empezar.

Quizás ahora sea más sintético.

Bueno, voy a intentarlo:

Desde hace una semana y media aproximadamente, he comenzado a agobiarme en el máster. Muchas tareas que sentía que se me iban acumulando: leer las guías, elaborar el portafolios, leer dos capítulos y medio del libro de Ángel Pérez Gómez, elaborar una propuesta de diseño de investigación y preparar un teatro para presentarla, leer todas las guías (máster, prácticas, portafolios...); transcribir toda la información de mis apuntes, mis sensaciones, reflexiones, aprendizajes, conclusiones...

Paralelamente, sentía como el tiempo volaba, las mañanas pasaban volando. Yo intentaba afrontar todo, mientras me bombardeaban el teléfono para ayudar a un familiar que precisaba de mi ayuda; tenía que hacer todas las cosas propias de la independencia (cocinar, lavar la ropa, limpiar mi casa...).

Entonces sucede una ecuación un tanto... retorcida:

Tiempo que vuela + tareas que se acumulan = ansiedad + bloqueo + frustración + impotencia + agobio + desencanto + pérdida de ilusión

ansiedad + bloqueo + frustración + impotencia + agobio + desencanto + pérdida de ilusión = más tareas que se acumulan, y el tiempo aún parece ir más rápido.

Entonces -> Baja autoestima, pierdo el sentido de la vida y las ganas y energía que me suelen acompañar...

Un círculo vicioso muy, muy retorcido y laberíntico. Vamos, toda una anaconda que me estragula sin piedad.

Además de tareas, lecturas, diarios; toda la información de las clases, de las lecturas, comienza a formar una caótica nebulosa de conceptos y proposiciones que me marean, que no sé dónde integrar. Y claro, de esa manera, difílmente puedo sentir relevancia, utilidad y sentido de esa información.

A todo esto, hay que sumar que estoy desarrollando un proyecto de investigación-acción participativa ((J)aulas Abiertas); además de que quiero continuar editando unos vídeos que llevan aguardando todo el verano. Lo primero me apasionaba, porque era la materialización de mis ideas, en las que me sentía como único, creativo, emprendedor y original. Sentía muchísimo potencial en el proyecto: ilusión, muchas posibilidades... De los vídeos, quería mejorar mi capacidad de producir contenidos audiovisuales.

Sin embargo, con la ecuación anterior, todo comienzo a sentirlo como una pasada carga sobre mis hombros. Lo que de otra manera me daría vida, oxígeno, sentido vital, propósito e Identidad; de pronto me hace todo lo contrario: hastío, sinsentido, sensación de ahogo, frustración e impotencia.

Y mientras tanto, leo el capítulo 3 del libro de Ángel Pérez: Educarse en la Era digital.

Y de toda esa nebulosa de informaciones, teorías, palabras, conceptos abstractos; de la que antes hablaba; comienzan a tomar forma algunas ideas fuerza: menos es más, lo importante es que el aprendizaje sea relevante y tenga sentido para los proyectos que las personas desarrollan; se aprende por y para la acción, a través de redes la creación y participación de/en redes de intercambio; el conocimiento ha de ser selectivo, original, profundo...

Así pues, después de todo lo expuesto, y tras tocar fondo... un fondo que me apena, porque sé todo lo hermoso que aquí hay; después de sentir que toda mi identidad se fue con por el desagüe, junto con mi energía e lusión...

Convaleciente, resiliente; al igual que cuando se me borraron las páginas que había escrito en un momento de desbordamiento; me levanto, extraigo los aprendizajes que puedo, como esa persona que mientras que su casa arde, coge lo más importante, o más bien, lo que puede rescatar, y se escapa, para sobrevivir.

Y decido:

- Que la calificación no me importe en absoluto. No va a ser una presión que me agobie. He venido a aprender y a crecer como persona, no a pretender aprender innovación educativa mientras que me coacciono a mí mismo con un mecanismo propio del antagonismo de la innovación educativa.

- Que menos es más. No puedo pretender abarcar todo lo que me gustaría a la vez. Hay que ir poco a poco, profundizando en las cosas; porque ya se sabe, que quien mucho abarca, poco aprieta.

- Que voy a hacer mi proyecto de TFM sobre el proyecto de Jaulas Abiertas, y todo lo que aprenda quiero que me sirva para este proyecto. De esta manera, podré seleccionar aquello que me resulte más relevante, y dotarlo de sentido para la acción y la creación de esta red que estoy creando.

Comentarios

Foto del perfil de Carla Wangsa Tumundo
Carla Wangsa Tumundo
19 octubre 2013, 6:42 [Actualizado: 19 octubre 2013, 6:43 ]

Precisamente el viernes estuve leyendo un articulillo sobre la resiliencia. Me siento en cierto modo identificada con tus palabras, aun teniendo motivos de otra índole. Pero la sensación de frustración, es frustrantre para cualquiera, valga la rebuznancia.

Una cosa sí que medité sobre la resiliencia y su definición, y me ayudó algo: la resiliencia trata sobre la "flexibilidad y adaptación", la "capacidad de superación", algo que realmente nos viene bien ejercitar. Pero he observado que suele definirse acompañada de la palabra "trauma" o "dolor emocional", es decir, algo que realmente puede romperte los esquemas de manera radical.

Me ayuda en el sentido de que pienso que con mis frustraciones ejercito mi resiliencia, pero no he tenido todavía un suceso realmente importante que haya necesitado verdaderamente de esta capacidad. No sé si será tu caso. Yo te comento la mía para compartirla contigo.

En definitiva. Que nos caemos y nos volvemos a levantar. Hay pocas cosas que nos puedan dejar tendidos inconscientes en el suelo. Y solo una que no nos deje levantarnos nunca más.

En eso estoy trabajando yo ahora. En fortalecer mi resiliencia. Bienvenido al club. O visto de otra manera, me uno al tuyo.

Un abrazo y muchos ánimos. 

Eres una persona que vale mucho.

Carla.

1 comentario