Carta a una alumna/o

Querida/o lector:

La verdad es que no sé muy bien por donde empezar. Nieves me encargó el otro día hacer una carta para ti, futuro alumna/o. Sinceramente, a uno le cuesta escribir esto porque significa el punto y final de una etapa maravillosa que uno ha vivido a lo largo del Máster. Es el punto y final a unos momentos entrañables y mágicos que dejan huella en la profundidad de mi corazón.

Hablar de lo que te vas a encontrar en el módulo de Nieves no es hablar de puros conocimientos y conceptos –que también los tendrás-, es hablar de encuentros, sensaciones, reflexiones, emociones… en definitiva, todo un aprendizaje que me marcó de por vida.

Escribo estas líneas porque tengo que comentarte de qué va este módulo, pero antes me gustaría empezar con la historia que hay detrás de todo ello.

Hace ya unos cuantos años me marqué como objetivo entrar en este Máster. En aquel entonces me creía el rey de la colina, el que sabía más… pero la cruda realidad golpeó en mi cara y me demostró que no era el mejor; el tiempo me puso en mi lugar. Lo acepté humildemente y gracias a ello me he convertido en una persona que ha aceptado sus limitaciones, pero también sus virtudes.

Pero, te estarás preguntado ¿cómo la puerta de la realidad le metió semejante portazo a mi egolatría? Sí, creo que es oportuno comentarte cómo fue. Hace tres cursos no entré en este Máster; me quedé fuera, out. Al año siguiente volví a solicitar este Máster. Entré, pero tarde, y decidí no matricularme porque estaba estudiando Pedagogía y ya eran muchas cosas.

A la tercera va la vencida. Años más tarde finalmente entré. Y con ello surgió otro gran conflicto: ¿elegir Política Curricular y Prácticas Educativas o Evaluación Educativa? ¿Elegir a Nieves o Santos Guerra? Difícil decisión, ¿verdad?. La verdad es que sí, y me costó mucho decidirme. Muchas dudas me comieron la cabeza en aquel caluroso septiembre del 2013. Decisión dura donde las haya, pero había que tomarla: desgraciadamente rechacé matricularme en la asignatura de Nieves.

Los meses fueron pasando. El primer trimestre acabó y abrió las puertas al segundo. Con ello llegó la decisión de “colarme” en clase de Nieves. Me apunté a la asignatura como oyente puesto que tenía curiosidad por conocer lo que se iba a desarrollar en este módulo.

Uno no quería ser un estorbo ni un gorrón que se aprovechara de aquello, así que primeramente pensaba ir una semana sí y una no, pero, ante la majestuosidad de lo que aprendíamos, decidí no perderme ninguna clase.

Posiblemente te estarás preguntando por qué fui a todas las clases. Es difícil de explicar pero trataré de hacerlo dándote unos esbozos de lo que dimos durante el módulo.

La asignatura de Nieves fue como un tornado que se originó pacíficamente y acabó de manera muy fuerte. Fue una vorágine que nos atrapó y que nos enamoró a todas y a todos los que estábamos presentes miércoles sí y miércoles también. Las clases siempre iban a más y los conceptos cada vez eran más y más profundos, a la vez de interesantes.

Los primeros pasos del módulo fueron seguros y prometedores. Empezamos hablando sobre el sentido del aprendizaje y nuestras propias experiencias de un momento en el que habíamos aprendido realmente. Evidentemente no te voy a adelantar nada de lo que hicimos porque sería estropearte la magia que se vive en la clase.

Posteriormente pasamos a hablar sobre una serie de experiencias de alumnos con fracaso escolar y también de otras y otros con éxito escolar. Con respecto a experiencias de fracaso escolar, leímos y reflexionamos sobre una serie de relatos de la tesis del joven Eduardo. Casualmente él vino a clase un día y nos brindó la oportunidad de conocerle y hablar personalmente sobre los tres relatos de los chicos con fracaso escolar.

El módulo poco a poco se iba haciendo más y más interesante. Sin embargo el punto álgido del módulo no tardó en llegar. Llegó el momento de narrar nuestras propias experiencias como estudiantes a través de nuestros ríos de aprendizaje. Es aquí cuando las clases con Nieves subieron de intensidad y de emoción como la espuma. Aquello fue una explosión de emociones, sensaciones, lágrimas, confidencialidad. Fueron indescriptibles esas tres sesiones. Magia pura y dura.

Todas y todos escuchábamos atentamente nuestros relatos de nuestros ríos de aprendizaje, como si de un cuento se tratase, como si de una película basada en hecho reales fuese. Fue el momento en el que la asignatura despegó para darlo todo de sí, para que nosotras y nosotros diésemos todo lo que tenemos en nuestro interior.

Las emociones vividas, los relatos compartidos y las vivencias destacadas sirvieron para desnudarnos y darnos a conocer un poquito más. Además, también nos ayudó a reflexionar sobre nuestra propia experiencia; aquello era vivir en primera persona el aprendizaje con un plus de emoción que jamás viví.

Por desgracia todo llega a su fin y así fue, las clases con Nieves finalizaron con la relación del docente con el alumnado, con la profesión y con el saber. Con textos de Pepe Contreras, Hannah Arendt o Zambrano, entre otros.

Punto y final. Las sensaciones de alegría por todo lo vivido y aprendido; y también sensaciones de tristeza por poner punto y final a la experiencia, aunque todo lo vivenciado se ha quedado guardado en el armario de mi corazón.

Sinceramente, querida/o lector/a, si vas a escoger este módulo debes tener muy en cuenta que te vas a sorprender bastante. No va a ser nada que te esperes y es mejor que vayas sin ninguna expectativa, que la vorágine te atrape a ti también sin llegar a esperarlo.

No sé si trabajas como docente o eres estudiante, pero pienso que si trabajas en el  maravilloso mundo de la docencia, este módulo será mucho más significativo. Si eres estudiante… lo será también, pero tendrás que poner más de tu parte. No es algo negativo, porque en el módulo se cuida mucho este aspecto, pero no es lo mismo. Aún así no te preocupes.

Yo lo que he echado en falta es haber entrado en este Máster ejerciendo mi vocación como docente porque sé que desde ese prisma las cosas se ven de una manera totalmente distinta. Pero no te preocupes, la disposición con la que hay que venir  a este módulo es igual para todas y para todos.

En cuanto a dicha disposición, me gustaría decirte que yo siempre he considerado que hay que centrarse en cuatro aspectos fundamentales:

- Compromiso, a la hora de realizar las tareas que Nieves nos mandaba. No era un compromiso con Nieves sino con mis compañeras y compañeros. Era leer los documentos y analizarlos para luego poder aportar en clase.

-  Diálogo, para poder trabajar y expresarte en clase. El intercambio de ideas, reflexiones y detalles hacía que la clase fuese mucho más fructífera para nosotras y nosotros.

-   Relajación. Sí, take it easy, no estás para ser calificado, así que disfruta. Vive con intensidad lo que la clase, los textos, tus pensamientos y las ideas compartidas te darán. Gózalo como si fuese un manjar, pues lo es.

-    Sentir lo que estás trabajando. Vamos, que más de una vez se te va a saltar alguna lagrimita que otra.

Solo me queda decirte que DISFRUTES, siéntelo, vívelo y sumérgete en esa vorágine. Parecerá que no estás adquiriendo conceptos como tradicionalmente se hace, pero sí una nueva forma de pensar y de reflexionar sobre tu forma de actuar como docente y todo lo que ello conlleva (relación con el alumnado, el aprendizaje, el currículo…).

Por último, comentarte que es una oportunidad única para encontrarte y cambiarte a ti mismo y, en serio, no la desaproveches.

Solo puedo decirte que disfrutes del módulo como nosotras y nosotros lo hicimos. Vive cada segundo, cada reflexión, cada texto, cada emoción como si fuese único, porque los momentos serán únicos. DISFRUTA.